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miércoles, 4 de enero de 2012

UN DÍA EN LA VIDA DE UN MAESTRO

Texto compuesto como reflexión personal para la memoria de prácticas de mi hija pequeña RAQUEL LÓPEZ HERNÁNDEZ que ha estado conmigo de prácticas desde octubre hasta el 22 de dicembre de 2011. Pretendo también que sirva de apoyo a los futuros maestros para que vean que con el paso de los años no se pierde la ilusión por el trabajo ni la preocupación por la innovación educativa en la escuela. Dedicado a mis alumnso del curso 2011-2012 y a todos los alumnso que he tenido en mis treinta y siete años de profesión de maestro en Cuenca, Mira y Utiel.


UN DÍA EN LA VIDA DE UN MAESTRO
“Hoy es un día especial para mí. Os cuento y reflexiono sobre mi quehacer diario en la escuela, esa escuela donde llevo veintisiete años intensos, repletos de actividades, proyectos e ilusiones compartidas con mis compañeros y compañeras. Después de treinta y siete años en la profesión, todavía me quedan ilusiones y esperanzas, proyectos pedagógicos por llevar a cabo, inquietudes para compartir y alumnos que seguir formando. Los tiempos se han puesto complicados, nuestros sueldos bajan, la administración no nos valora adecuadamente, pero todavía me quedan esas ganas de hacer cosas nuevas, de innovar en la escuela y de formar ciudadanos del siglo XXI.
Es lunes. Inicio la semana en mi clase de 3ºA. He llegado puntual a la escuela como llevo haciendo treinta y siete años. Me gusta conversar con los compañeros que llegan antes al centro unos momentos previos a la entrada de los alumnos. Esos diez o quince minutos para mí son vitales hablando de nuestras cosas, de la escuela, de los alumnos, de las últimas noticias, de algún compañero ausente por enfermedad, noticias todas ellas importantes.
Suena el timbre que indica el principio de la actividad docente. Voy a recoger a los alumnos en sus filas. Suben ordenadamente por la escalera y voy hablando con alguno de ellos, gastando bromas, animando a los alumnos. Más de una vez me toca subir alguna mochila. La entrada en clase es alegre. Cada uno deja su chaqueta en la percha y algunos hacen corrillos contándose las últimas novedades o enseñando ese “ tazo” que tienen último modelo . Se colocan en sus sitios y, como es lunes, toca distribuir los grupos de tareas semanales por riguroso turno: biblioteca, material, equipo verde y encargados. Cuatro grupos, correspondientes a las cuatro filas de clase. Cada grupo ya sabe su cometido diario. Los de material distribuyen los libros de cada materia, las libretas y los materiales complementarios y recogen el trabajo del fin de semana, libretas y fichas complementarias. Los que han terminado de leer algún libro de biblioteca de aula lo dejan en la mesa del maestro con su ficha correspondiente hecha. Me gusta la animación a la lectura y a esta me he dedicado muchos años, sobre la cual he difundido mis experiencias en diversos foros. Mientras tanto yo me encargo de poner la fecha en la pizarra, tanto en castellano como en valenciano y de distribuir trabajo a los dos alumnos con necesidades educativas especiales, a los que doy una atención individualizada y preferente.
Comienza la primera clase. Toca matemáticas. Estamos trabajando con la práctica de la división. Hacemos muchas actividades en la pizarra. Les encanta salir a la pizarra en grupos de cuatro o cinco. Cuando ya no hay dudas trabajan individualmente en sus libretas. Les insisto mucho en el trabajo bien hecho, limpio y ordenado, con sus correspondientes títulos y colores. Mientras la clase trabaja me dedico de forma especial a los alumnos con necesidades educativas especiales, sentándome al lado de ellos para ayudarles. Al mismo tiempo, aprovecho para corregir trabajos y resolver dudas de los alumnos.
Se pasa el tiempo rápido. La profesora de religión viene a recoger a los alumnos que han optado por dicha área. Conmigo se quedan tres alumnos con los que hago actividades alternativas, educación en valores y refuerzo de lectura. Algunas veces me ayudan a montar murales porque soy el coordinador de los Seminarios de animación a la lectura, expresión escrita, prensa y radio y Ecología y Educación Medioambiental. ¡Les encanta ser útiles y ayudarme! Hoy precisamente lunes, primero de mes, toca reunión de animación a la lectura. Estos alumnos llevarán la convocatoria a los diez profesores que formamos este seminario. Se pasa la clase la mar de entretenida y suena el timbre para salir al recreo.
En el patio hace frío, ese frío de los últimos días de diciembre previos a las vacaciones. Todos los alumnos deben ponerse el abrigo para salir. Alguno se ha olvidado el almuerzo en casa pero sugiero a otros que lo compartan con él. ¡Qué bueno es compartir con los demás!
Durante el recreo, si no me toca guardia, comparto mis inquietudes en la sala de profesores hablando de temas diversos. Es un momento de relax comiéndose el almuerzo y tomando un café. ¡Cuantas situaciones se resuelven en la sala de profesores a la hora del almuerzo! Salen siempre a relucir los alumnos más conflictivos y las soluciones que adoptamos cada uno, aunque se habla más de otros temas. A veces recibo la llamada de alguna editorial o la visita de algún viajante recomendando sus últimas novedades de lecturas infantiles.
Ha sonado el timbre para entrar del recreo. La alegría por el rato de distracción de los alumnos inunda las escaleras mientras subimos a clase. A la entrada resolvemos algún conflicto que ha habido durante el recreo, siempre por la vía del diálogo. Esos cinco minutos que dedicamos a esta actividad son muy importantes pues aseguran un buen clima dentro de la clase.
Hoy nos toca a esta tercera hora lengua castellana. Leemos, como casi todos los días, es parte de nuestro plan de fomento de la lectura. Corregimos en gran grupo actividades y trabajamos con la lengua. Hoy hemos hecho actividades sobre la poesía, un taller de poesía completando pareados. Han quedado preciosos. Los pasan a limpio y , más tarde, los subiré a una web que he creado con trabajos de los alumnos, dentro del rincón poético. También formaran parte de la web del centro. Esto les motiva muchísimo. La lengua hay que vivirla y hacer la clase activa como las demás áreas.
A las 13 horas acaba la sesión de la mañana. La profesora encargada recoge a los alumnos del comedor. Hoy tengo reunión del Seminario de Animación a la lectura. Los compañeros suelen ser puntuales y en el orden del día figuran muchos temas. Libros recomendados para navidad, realización Revista Escolar NOSOTROS Nº 81 , aprobación del plan de fomento de la lectura 2011-2012, realización de carteles para ambientar la biblioteca y organización de la misma, lectura digital en red , páginas web recomendadas, etc. En todos los temas se llega a acuerdos rápidos. Somos un grupo de maestr@s que llevamos en este seminario muchos años y nos preocupa el tema. Los alumnos de 6º harán los carteles en grupos de dos, otros los plastificarán y en enero organizaremos la biblioteca. Son las 14 horas y raudos vamos a casa. Hay que volver a las tres y media.
Por la tarde tienen mis alumnos a primera hora inglés. Yo aprovecho para corregir, preparar materiales para el día siguiente y organizar los acuerdos del Seminario de animación a la lectura para distribuir tareas entre alumnos y profesores. Me van llegando trabajos para la revista escolar y los debo escanear. He preparado en casa la lista de libros recomendados para navidad para los alumnos y la reparto a los profesores. Aprovecho para llamar a las editoriales y encargar los libros para que los padres se puedan ahorrar un dinero y conseguir animaciones lectoras para el segundo trimestre. Vísperas de las vacaciones de navidad se repartirán.
En la última hora del día toca valenciano. Lecturas, diálogos, dramatizaciones, juegos, sopas de letras, poemas, juegos con el lenguaje, uso del diccionario… Todo ello para hacer del aprendizaje de esta lengua algo lúdico en una zona castellano hablante. Se nos pasa la clase rápida y, antes de terminar, apunto la agenda en la pizarra para que la copien los alumnos. Esas actividades que no han terminado o algún trabajo nuevo para casa. Suena el timbre, dejan la clase ordenada y limpia y se ponen en fila. Suelo despedir a cada uno en la fila con alguna pregunta del trabajo del día o con alguna broma.
La jornada ha sido completa y todavía quedan libretas por corregir. Aprovecho unos minutos después para hacerlo. En casa prepararé las clases del día siguiente. He acabado contento un día más porque nuestro trabajo merece la pena.”
Mariano López Marín. Utiel, diciembre 2011