Una aldea donde han reformado todas sus casas, sus calles se han arreglado este año todas y un grupo de gente joven descendientes de antiguos habitantes de la misma han apostado por ella.No te vayas de la Hoya es su lema.En este lugar están casi todos mis orígenes familiares .
Este año 2020,
debido a la pandemia de Covid 19, se
suspendieron las fiestas patronales de Salvacañete .Solo hubo actos religiosos
en honor a nuestra patrona la Virgen de Valdeoña, hechos con el fervor y la
entrega que nos caracteriza pero con las
limitaciones de aforo impuestas por la
situación sanitaria.
El día 7, despues de
salir del rosario que se celebró a las 12 de la noche en la iglesia parroquial en honor a nuestra
patrona, le comenté a mi hermana: Mañana me subiré a la Hoya del Peral a ver a nuestros familiares y recorrer la
aldea donde están nuestros orígenes paternos y en parte maternos.
Al día siguiente , 8 de
septiembre y día grande en nuestras fiestas por ser el día de nuestra patrona,
madrugué como de costumbre y compartí aspectos festivos de las fiestas de otros
años en mi perfil de Facebook para
animar un poco a los salvacañeteros ausentes este año y a los que
estaban en el pueblo. Tras el desayuno hecho en la tranquilidad de la casa de
mis padres, ahora de mi hermana y mía, bajé al cementerio a realizar una visita
a la tumba de mis padres y de otros familiares ya que el día que hicieron la
misa de difuntos en honor a nuestros familiares y paisanos que ya no están con nosotros, no
estaba en Salvacañete y es un acto que ningún año me pierdo. Me sorprendió
gratamente comprobar que habían derribado la caseta de autopsias del
cementerio, situada a la izquierda de la entrada de arriba y que en ese lugar y pared habían construido un grupo de nichos
nuevos cuya primera ocupante fue nuestra
vecina de Villar del Humo, Carmen, ya con muchos años de estancia en
Salvacañete con la que me unía una gran
amistad al igual que con su esposo Lucinio. Dos bellísimas personas. Falleció
recientemente y conocía su óbito. Recé unas oraciones por el descanso de su
alma .Tras visitar varias tumbas de abuelos, tíos y otros familiares y amigos
inicié mi viaje en coche hacia la Hoya del Peral, con la ilusión del que vuelve
a sus orígenes y rememora recuerdos de la infancia.
Enseguida enfilé la
carretera Cuenca Teruel y en la Revuelta Cañota tomé a la izquierda la pista
que me llevaría hasta la aldea, pista en unas excelentes condiciones de firme
tras la capa de zahorra que le echaron hace unos años ¡Cuánto lucharon el tio
Eduardo Marín y el tio Dionisio Marín, ambos primos hermanos de mis padres, por
conseguir eta pista para que esta aldea estuviera bien comunicada mediante
vehículos y no por senda de herradura! Al igual que hicieron para conseguir que
la luz eléctrica volviese otra vez a la aldea despues de desaparecer la central hidroeléctrica Virgen de Valdeoña de
Salvacañete a principios de los años
1960 de la que algunos vecinos de esta aldea eran accionistas. Los hombres
trabajadores, buenos y cabales consiguen grandes cosas. El paso por el caserío
de la Fuente de la Zarza me trajo recuerdos
de cuando estaba habitado y pasábamos con caballerías hacia la Hoya del
Peral o hacia el pueblo y siempre había algún vecino por allí o recogiendo agua
en la fuente del mismo nombre. Más arriba
los antiguos corrales de ganado de la Fuente de la Zarza , de los que
solo queda uno dando vista a la
impresionante hoz por donde se despeña el agua
procedente de las partes altas de la aldea de Hoya del Peral en tiempos
de lluvias intensas. Enfrente de ellos las nogueras del Tio Luis Yuste, solo
queda una ya, y a la izquierda del
camino y antes de llegar a la cumbre la
silueta del Castillón con sus muros sobre
la hoz, un yacimiento ibero con ocupación medieval. Por aquí estuve la última
vez con mi padre hace años fotografiando los corrales, el Castillón y la Hoz
para mis publicaciones históricas y etnológicas. Llegué al vallejo del Losar,
junto al viejo camino de la Casa Marica, antiguo caserío donde tenía tierras mi
abuelo Francisco López en el cerrao, porción de terreno delimitada por muros de
piedra. En el vallejo el losar una familia de Salvacañete explota una cantera
de piedra que deben cuidar más para no destrozar el paisaje. Pasado el vallejo
del Losar llegamos a la zona de la Asomailla donde se ve en todo su esplendor
la aldea de Hoya del Peral con sus casas
situadas sobre un montículo y a ambos lados
y sobre un valle rodeado de montañas, con la Muela al fondo y los
parajes del Tormagal y otros llenos de sabinares y algunos chopos en los lugares húmedos.
Cuando entraba en la aldea, antes de cruzar la rambla que baja del Prao Hondo,
las ruinas del horno comunitario de la
tía Elisa y a la izquierda una gran nave para el ganado de
mi primo Enrique Marín Pérez. Sobre la
era Cará los antiguos corrales y pajares, algunos ahora reconvertidos
para otros menesteres.
Me llamó mucho la
atención que las casas están todas muy
arregladas y las calles este año 2020, el 4 de abril, según me comentó mi primo
Andrés Marín, hijo de la tía Mónica y del tio Mariano, terminaron de
arreglarlas todas con cemento y han quedado muy bien. Esta aldea en Semana
Santa y verano recobra el bullir de antaño cuando todas sus casas están llenas
.Un grupo de gente joven nietos de Bautista Marín, de Lucas Marín, de Floriana
Pérez Marín, de Esteban Pérez Marín, de Benigna Marín, de Andrés Marín Marco y
de otras familias han apostado por esta aldea. Su lema impreso en camisetas “no
te vayas de la Hoya” Además los hermanos
Joaquim Gómez, Juan Gómez y su esposa Nuria viven permanentemente en la aldea y
Enrique Marín García y Clementina Pérez
Marín pasan largas temporadas en la misma, junto con Enrique Marín Pérez y su
esposa Ángeles que vuelven siempre en
primavera con el ganado a la aldea hasta primeros de noviembre que se bajan a
Requena donde viven y el ganado está en la sierra de Utiel y en el Rebollar. Su
primo Benito Rodilla Marín, ganadero también igualmente pasa la temporada de primavera,
verano y los primeros meses del otoño en esta aldea para trashumar con el
ganado al invierno a Gandía. También
pasan largas temporadas aquí Gloria Marín, la hija del tio Lucas y sus hijas que acuden muchos fines de semana al igual
que su hijo .Y la que podemos considerar como gran enamorada de la aldea y que lleva muchos años viviendo grandes
temporadas en ella es otra prima mía Pilar Marín que junto con su esposo
Roberto viven en lo que fue la casa de los padres de Pilar , Bautista
Marín y
a la entrada de la aldea , junto a la casa de Tomás Gachero y Valeriana,
en la actualidad adquirida por la hija de Pilar.
Mi primera parada fue junto a la vieja fuente y lavadero de la aldea, junto a la rambla que baja de las faldas de la Muela y el antiguo camino de Arroyo Cerezo. Mis recuerdos se amontonaron por momentos. Los viejos pilones donde abrevaban las caballerías de la aldea todos los días, las mujeres que iban diariamente a por agua con sus cántaros y botijos, el paso de gentes laboriosas por al lado de la fuente hacia las tierras de labor de la Balsa de los Marines, el Tormagal, La Jarilla, los Cuadros, la fuente de la Sabina, El Hontanar, la Cañada de los Barrancos o hacia las tierras de la Boquilla o la Casa del Mojón donde los de la aldea tenían también tierras. ¡Cuántas veces pasarían por aquí los chicos de la aldea de la edad de mi padre y más jóvenes con destino a la escuela de Casas Nuevas a través del viejo camino entre ambas aldeas a través del Sabinar y la Casa Nabina! ¡Eso sí que era esfuerzo para ir a la escuela hasta que en la década de 1930 construyeron la escuela de la aldea! Y por la tarde a desandar el camino de vuelta.
Y al lado de los pilones de abrevadero la caseta con el viejo lavadero que sus habitantes y descendientes han conservado muy bien como patrimonio etnológico del lugar. Todavía recuerdo ver a mi abuela paterna Juliana en este lavadero junto con otras vecinas y familiares nuestros. La tía Dionisia Martínez, prima de la abuela, la tía Teodora la del tio Víctor , cuñada de nuestra abuela, las tres Cándidas, la del tio Andrés Marín que vivía junto a la fuente, la esposa del tio Julio Gómez al lado de la casa de los abuelos y la esposa del tio Petronilo Martínez en la calle trasera, la tía Mónica, la tia Leonor, esposa del tio Antonio , la tía Remedios Villalba esposa del tio Feliciano, la tía Evarista esposa del tio Esteban Pérez Marín, la tía Eugenia Marín Martínez , esposa de Dionisio Marín ,la tía Catalina Marín esposa del tio Paco Jiménez ,las esposas de Lucas, Quintina, y Bautista Marín, Valentina, la tía Balbina Valero, esposa del tio Luis Yuste, que vivieron unos años en la aldea, la tía Valeriana esposa de Tomas Soriano que murió recientemente con 102 años ,la tía Laureana esposa del tio Gregorio Marín que eran vecinos de los abuelos, Aurelia Marín esposa del tio Eduardo Marín y las hijas de todas estas familias, hoy ya con más de ochenta años algunas y alguna fallecida Y por supuesto la generación de nuestra bisabuela Cipriana Martínez López casada con nuestro bisabuelo Mariano Marín Rodríguez con tres hijas, Juliana ,Benigna y Eulogia y cuatro hijos, Jesús, Julián, Víctor y Cándido de los que cuatro se quedaron en la aldea ¡Si las losas del viejo lavadero hablasen cuantas historias de esta aldea nos contarían! Pues estos viejos lavaderos eran la red social de la época en los lugares donde estaban. ¡Qué bien que lo han conservado!
Tras la visita al lavadero enfilé calle arriba hasta llegar al llano donde está la fuente nueva de la aldea, fuente que tiene sus aguas del depósito del Tormagal y que tuvieron que traer el agua los vecinos porque la fuente Vieja a veces se secaba. A la primera persona que encontré fue a Nuria, esposa de mi amigo Juan que estaba regando en su puerta sus macetas con plantas muy bien cuidadas. Pregunté por su padre, el entrañable amigo Jesús Lorente, y me dijo que estaba regular, que se había caído y las caídas en personas de edad avanzada son peligrosas. Igualmente me interesé por su esposo Juan y por su cuñado Joaquín, los hijos del tio Julio Gómez y de la tía Cándida, vecinos entrañables de los abuelos siempre y a los que nos une una grandísima amistad. Me comentó que estaban en la era con alguna tarea .Me invitó a tomar u café o una taza de leche y decliné el ofrecimiento porque no hacía mucho que había desayunado.
Puerta y y casa de los hermanos Gomez , Joaquin y Juan y la esposa de este Nuria.Antes fue la casa del tio Julio y la tia Cándida vecinos de los abuelos siempre.Cuando llegué estaba regando las plantas mi amiga Nuria.Foto Mariano López Marín.8-9-2020..
Un rincón entrañable de la Hoya del Peral en la placeta donde está al Fuente Nueva ,la calle que sube de la Fuente Vieja y la entrada a las eras junto a las casas. ¡Cuántas partidas de cartas se habrán jugado en este rincón en dias de Semana Santa y fiestas!Foto Mariano López Marín.8-9-2020.
Puerta de entrada a la antigua casa de mis abuelos paternos Francisco López Perea y Juliana Marín Martínez.Cuando ellos fallecieron en la década de los años 1970 mi padre y mis tios se la alquilaron a nuestros familiares Angel Rodilla y Balbina Marín.Despues la compraron y alli criaron a sus seis hijos Ahora vive en ella en los meses de primavera ,verano y principios del otoño el hijo mayor de este matrimonio Benito Rodilla Marín que tiene ganado. La puerta de la casa permanece como estaba cuando vivían en ella los abuelos .Fotografá de Mariano López Marín.8-9-2020.
Al lado de la casa de
Nuria, de Juan y Joaquín, la casa de los abuelos Francisco y Juliana, hoy de
Ángel Rodilla y de Balbina Marín. Este año 2020 nos dejó Balbina tras años de
diálisis. Al contemplar nuevamente la puerta de la casa de los abuelos muchos
recuerdos de días de infancia, de días de trabajo en el esquilo del ganado, en la siega y en la trilla y días de convivencia en Semana Santa cuando subíamos a comer algún
día con ellos. El enorme portalón alargado con las gorrineras para los animales, la cuadra para
las caballerías, otra dependencia anexa al final, utilizada como corral y a su
izquierda una escalera para acceder
a la cámara y los atrojes del grano.En ese portalón se esquilaba el ganado que se embachaba en sus cuadras.¡Cuántos recuerdos de dias de esquilo en esta casa familiar! El acceso a la
vivienda a la derecha del portal por donde se podia entrar también a casa de lo
tíos Víctor y Teodora, pues ambas casas fueron de nuestros bisabuelos Mariano y
Cipriana que tuvieron siete hijos y antes de nuestros tatarabuelos Eugenio
Marín García y María Rodríguez que tuvieron cuatro hijos, Cecilio, Gabina,
Mariano y otro que no he podido determinar el nombre y estoy tras su pista. A la vivienda de los
abuelos se accedía por la izquierda de la entrada con varios empinados escalones que la abuela
Juliana y la tía Herminia, hermana de mi padre, tenían limpios como los chorros
del oro. Al final de la empinada
escalera había dos dependencias, enfrente una habitación que sirvió a los
abuelos como cuarto de la estufa en los duros inviernos de la Hoya del Peral, y
en la izquierda el cuarto de amasar. La abuela Juliana cocía el pan en el horno
que tenía su cuñada la tía Teodora enfrente de su casa. En esta aldea hubo un
horno comunitario que regentó la
tía Elisa .A la derecha de la escalera
de subida a la vivienda se disponían otras dependencias. El hogar formado
por una enorme sala con su gran chimenea
al fondo en la que cocinaba la abuela y donde todo el día había lumbre A la izquierda de la chimenea la popular banca
de piedra donde descansaban los más mayores, el abuelo Francisco y antes el
bisabuelo Mariano o el tatarabuelo Eugenio. A la derecha de esta sala del hogar, nada más entrar de la
escalera el basar y debajo del mismo las cantareras. Un poco más allá la
despensa donde guardaban orzas de la matanza
y otras cosas y en la pared de enfrente del hogar una puerta que daba
acceso a otra sala muy grande, junto a la cámara, donde se guardaban sartenes,
lebrillos, los calderos y un montón de enseres necesarios en una casa. También
servía de desahogo al hogar. Junto a la
banca un botijero y un cucharero colgado en la pared y al lado, la entrada a
las alcobas donde dormían los abuelos y
la tía Herminia mientras estuvo soltera, y antes de casarse mi padre y sus
hermanos. Yo dormí bastantes veces en una de esas camas de hierro con adornos dorados que fueron pasando de
padres a hijos. La abuela siempre llamaba al abuelo como padre. ¿Padre que
haces?, ¿padre a dónde vas?..
Casas situadas junto a la de los abuelos encima de las eras.La primera de Feliciano y Remedios que se fueron de renteros a Torrebaja y la siguiente de Gregorio Marín y Laureana.Fotografía Mariano López Marín.8-9-2020.
Puerta de la casa que fue de los tios Victor y Teodora y donde vivió el primo de mis padres Marcelino Marín , junto a la de los abuelos.Ahora es de Vicente Pastor Marín ,nieto del tio Bautista Marín e hijo de Justina Marín.Foto Mariano López Marín.8-9-2020.
Continué mi visita a la aldea pasando por las casas de los antiguos vecinos de los abuelos Feliciano y Remedios la primera de al lado y Gregorio Marín y Laureana la segunda, ambas encima de las eras y corrales que hay encima de la Fuente Vieja y separadas de ellas por una barbacana. Dando la vuelta a la calle, a mano izquierda, lo que fue casa de los tíos Víctor y Teodora comprada hace un tiempo por otro enamorado de la Hoya del Peral, nieto del tio Bautista Marín e hijo de Justina Marín y Vicente Pastor, llamado Vicente Pastor Marín con el que tengo frecuentes conversaciones sobre nuestro árbol familiar común pues somos familia. Enfrente de esta casa, entre las labores, estaba el viejo horno donde cocían el pan la tía Teodora y la abuela Juliana. Hoy ya no podemos contemplarlo pero sus recuerdos y sus olores a pan recién hecho o a dulces perduran en nosotros.
Al lado de esta casa, por la parte trasera, hay otra
calle importante en la aldea que nos
lleva hasta las antiguas eras de algunos habitantes de esta aldea, entre ellos
los abuelos Francisco y Juliana, el tio Víctor, el tio Mariano y la tía Mónica
y otras. En esa calle vivieron el tio Petronilo y la tía Cándida, Floriana Pérez Marín hasta que se
marchó a Burriana, Eulogia Pérez Marín y Lucas Marín y su esposa Quintina Marín Ahora esas casas están
arregladas y son de sus hijos y nietos que vienen a la aldea en Semana Santa y
verano. El día de mi visita comprobé que estaban arreglando el tejado de la
casa del tio Petronilo la empresa construcciones
el Picarzo de Salvacañete. Al final de esta calle y con su fachada
principal dando vista a la era del tio
Víctor y de los abuelos la casa de la tía Dionisia Martínez, prima hermana de
mi abuela y que compraron los hermanos Juan y Joaquín Gómez. ¡Siempre la tenía
limpia como los chorros del oro y los
redores hechos con tierras de colores
como si estuviesen recién hechos!¡Cuánta bondad y que buena gente era la
tía Dionisia al igual que todos los habitantes de esta aldea!
En la parte posterior de las casas, en la primera era junto a las labores y el viejo camino de herradura que lleva hasta los corrales del Paso, el reguero Pimpollo, el Prao Hondo, Los Urdiales, los Zurrones y la Cruz de los Tres Reinos, estaban mis amigos Manolo el del tio Petronilo y su cuñados Joaquín y Juan Gómez desgajando troncos de leña de carrasca cortados hace unos meses. Se llevaron una alegría inmensa al verme y estuve largo rato con ellos hablando de temas diversos, de nuestras respectivas familias, de recuerdos de la aldea , de los pajares del abuelo Francisco y de la tía dionisia que ahora son nuestros, de cuando bajaban a las fiestas los hermanos Gómez y dada la amistad que había con mis abuelos y con mis padres , siempre se quedaban en casa cuando mi hermana y yo éramos pequeños y se juntaban hasta 35 personas durmiendo en fiestas en nuestra casa, en donde se podia. Casi todos eran de la Hoya del Peral y familia nuestra. Entonces habrá un buen plantel de mozas en la aldea del tiempo de mi tía Herminia y más jóvenes. Juan me recordó lo bien que se portó nuestra madre con él cuando le picó una víbora y le recordaba a su madre que la tía Bienvenida hizo por él lo que no había hecho ella. También recordamos cuando tuvo que ir su madre, la tía Cándida, a Cuenca de médicos y estuvo alojada en nuestro piso unos días y lo bien que la trataron mi hermana Maribel y mi prima Piedad .Los recuerdos y vivencias de los abuelos se mezclaron en la conversación pues fueron vecinos de ellos siempre.
Era y Pajar del tio Victor y Teodora y de los abuelos Francisco y Juliana.El de los abuelos era el de la derecha que ahora es mio.Al fondo de la imagen la era Cará y el pajar y corral de la tia Dionisia Martínez que ahora es nuestro.Fotografia Mariano López Marín 8-9-2020.Enfrente de donde trabajaban la enorme era del tio Víctor y de los abuelos y sus pajares y corrales debajo El del abuelo ahora es mío. Me alegré porque todavía permanece en pie aunque hay que hacerle una pequeñas reparación en una esquina ¡Cuántas historias de días de intenso trabajo en la siega y en la trilla pueden contar estos pajares y estas eras centenarias! Antes de marcharme Juan y Joaquín me ofrecieron con insistencia que fuese a desayunar a su casa, dándoles las gracias pero declinando el ofrecimiento porque quería ir a ver a los primos de mis padres Enrique y Clementina y Roberto y Pilar.
Antigua escuela de la aldea de Hoya del Peral que costruyeron los vecinos a concejadas en la dècada de 1930 y donde estuvo de maestro el salvacañetero D. Julian Martínez Perez.En la entrada anterior de este blog podéis ver a D.Julian y a los alumnos que llevaba.Encima de la escuela la casa para el maestro o maestra.Tambien estuvo aqui de maestra la salvacañetera Teresa Marín Adalid hija de Abelardo Marín y Sofia Adalid.Esta escuela es ahora centro social de la aldea y los habitantes actuales de la misma han costeado las obras de mantenimiento.En las imágenes superiores la calle que pasa junto a la escuela y el acceso a la casa del maestro.Foto Mariano López Marín,8-9-2020.
Me dirigí por las eras y por la calle de la casa del maestro y la escuela hasta la Fuente Nueva donde había dejado el coche. ¡Qué gran ejemplo dieron los vecinos de esta aldea construyendo a concejadas la casa del maestro y la escuela para que los alumnos no tuviesen que bajar a Casas Nuevas!. El tio Luis Yuste conservaba en un cuaderno las concejadas que dio cada vecino y los materiales aportados y Marcelino, el hijo del tio Víctor y la tía Teodora, la lista de alumnos. Un maestro salvacañetero estuvo en esta escuela bastante tiempo. Fue D. Julián Martínez Pérez y subía todos los días a la escuela desde el pueblo subiendo también alumnos como Vicente Pérez Martinez, Federico Martínez, el del tio Valeriano el sacristán y José Luis, el hijo mayor del tio Abelardo Marín.Su hija Teresa Marín Adalid también estuvo año y medio de maestra en esta escuela de la Hoya del Peral, según me comentó estos días de fiestas de Salvacañete su hermano Alberto Marín. También estuvo en esta escuela una hermana del cantautor conquense José Luis Perales. Él estuvo con ella cuando tenía unos 18 años y compuso la canción “Cosas de doña Asunción” inspirada en la aldea de Hoya del Peral. Las últimas alumnas de esta escuela fueron Pepita hija de Andrés y Cándida y Antonia hija de Julio y Cándida a finales de los años 1960.
Casa de Andres Marín y Candida , ahora de su hija Pepita Marín.Situada junto al viejo lavadero.Foto Mariano López Marín.8-9-2020.
Nogal centenario junto a la casa de Enrique Marín García y Clementina Pérez Marín¡Cuántas historias de la aldea de Hoya del Peral puede contar este nogal!. Fotografia Mariano López Marín. 8-9-2020.
Bajé hasta la entrada de la aldea, junto a viejos nogales centenarios y me dirigí a la casa de Enrique y Clementina. Se alegraron muchísimo de verme y me pusieron un café con leche y unas pastas mientras hablamos largo y tendido de toda la familia tanto de la de Enrique y Clementina como de la nuestra. Son tantas vivencias de tantos años compartiendo familiaridad. Enrique es primo hermano de mi madre y Clementina hija de un primo hermano de mis padres, Esteban Pérez Marín. Mi padre esquiló el ganado de Enrique Marín muchos años. Pasaba los inviernos en Alborache donde sigue viviendo parte del año y en primavera subía a la Hoyas del Peral hasta primeros de Noviembre que volvía a bajar. Su hijo Enrique Marín Pérez sigue haciendo lo mismo pero vive en Requena de invierno y en primavera sube a la aldea. El día que falleció mi padre, 27 de octubre de 2009 estuvo Enrique hablando con él largo y tendido de todo bastante tiempo. Al rato de irse, estábamos con él mi tía Victoria, mi madre y yo hablando y se nos quedó en las manos sin padecer. Eran las dos de ese día y terminaban de enterrar a otro familiar nuestro, Mariano Abril Adalid el del tio Juan Petrilla y la tía Balbina. Recordé con Enrique y Clementina momentos importantes de las fiestas de nuestro pueblo de hace años y lo acogedores que fueron siempre nuestros padres ofreciendo su casa a todo el mundo y me comentaron que este año no habían asistido a los actos religiosos porque les daba miedo por la pandemia y las limitaciones. Recuerdo perfectamente cuando se casó Enrique con su primera esposa Josefina, hermana de Clementina, y la boda la hicieron en esa misma casa donde viven. Tendría yo cuatro años
La casa de Pilar Marin y Roberto su esposo está al primcipio de la entrada a la aldea junto a la calle que va hacia la casa de la tia Monica Marín y el tio Mariano Marín debajo de la Fuente Nueva y hacia la escuela y replaceta de la fuente.Foto Mariano López Marín 8-9-2020.
Foto Mariano López Marín 8-9-2020.
Casas y corrales de la Hoya del Peral vistos desde la placeta de la Fuente Nueva junto a la vieja escuela.En la fotografia la casa donde está la bndera es la del tio Marino y la tia Mónica , ahora de su hijo Josè Marín MarínEsa calle llega hasta la rambla que baja de los Urdiales y de otros parajes de aldea situados en partes más altas hacia la Cruz de los Tres Reinos y Los Zurrones.
Casa que fue del tio Dionisio Marín y la tia Eugenia Marín,ahora de sus herederos.Situada junto a la rambla de los Urdiales , en la parte baja de la aldea de Hoya del Peral.Foto Mariano López Marín .
Pase
un momento por casa de Andrés Marín y su esposa Pepita para saludarla y recoger
el libro que me había dicho. Viven en la casa que fue de sus suegros Paco y
Catalina y antes del abuelo Julián y su esposa Felisa Marín y la han arreglado
muy bien .Está situada a la derecha del
torrente que baja del Prao Hondo y los Urdiales, en una ladera junto
a la Era Cará y eras y corrales
alrededor. El libro que me dejó Andrés el “El
Código civil redactado conforme a las condiciones y bases establecidas en la Ley de 11 de mayo de 188”D.
José Siro y Surga .abogado del ilustre colegio de Madrid. Librería D. León Villaverde, Calle Carretas , nº 4,
1889.En la hoja en blanco de la contraportada pone: “ Este libro es de Mariano Marín Rodríguez” Me despedí de Andrés y su
esposa Pepita y me dirigí hacia el pueblo. Cuando iba por al Asomailla descubre
a mi izquierda que habían puesto un rótulo muy grande con piedras en la entrada de la Hoz, en la parte
izquierda en una zona un poco inclinada y con buena visibilidad que dice “Hoya
del Pera” Me llenó de satisfacción. Llegué al pueblo muy satisfecho de haber
estado casi toda la mañana con familiares y amigos en la aldea donde están nuestros orígenes.
Una mañana bien aprovechada y llena de sentimientos, emociones y recuerdos...