Entrada destacada

HOMENAJE A MI MADRE

Hoy quiero dedicar esta entrada a  mi madre ,Bienvenida Marín Marín, l a tía Bienvenida como la llamaban cariñosamente  en nuestro pueblo ...

Mostrando entradas con la etiqueta Conferencia trufas I certamen Salvacañete. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Conferencia trufas I certamen Salvacañete. Mostrar todas las entradas

martes, 7 de febrero de 2017

CONFERENCIA VIVENCIAS PERSONALES EXPLOTACION DE LA TRUFA EN SALVACAÑETE.



CERTAMEN DE LA TRUFA .SALVACAÑETE 2017.
28 Y 29 DE ENERO
 Con el fin  de que todos aquellos que no pudieron estar en el I CERTAMEN DE LA TRUFA DE SALVACAÑETE  , o los  que no pudieron asistir a  esta conferencia por cualquier  motivo la conozcan ,la publico íntegra en este blog .

VIVENCIAS PERSONALES SOBRE EL  APROVECHAMIENTO DE  LA TRUFA. SU RECOLECCIÓN Y APLICACIONES[1].
                                   




Buenos días  a todos D.Benjamín Prieto, Presidente de la Diputación de Cuenca, Francisco Javier Parrilla, Diputado de  Área de Acción Territorial y Servicios, amigo Vicente Giménez Garrido Alcalde de Salvacañete, Joaquín Cuadrado, Director Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural , Víctor Alcocer, Gerente del Grupo de Desarrollo Rural PRODESE Serranía de Cuenca ,  amigo José Alberto García truficultor del municipio y tercera generación de truferos, expositores del I Certamen de la Trufa de Salvacañete, colaboradores en la organización de este evento y asistentes al mismo. Es para mí un honor abrir este ciclo de conferencias de este I Certamen como hijo de trufero, como salvacañetero y amante de mi pueblo y como investigador y escritor de su historia, de sus costumbres y tradiciones, de sus aspectos etnológicos y de su cultura. Y entre esos aspectos  etnológicos  y como un recurso económico importante para nuestra localidad  está el aprovechamiento de la trufa negra que en esta localidad se inició a principios de los años 1960.Sobre mis vivencias personales de este tema voy a hablarles hoy  como homenaje a mi padre y todos los demás truferos de Salvacañete que lo acompañaron durante muchos años   y  como homenaje también a los que hoy continúan esta labor.


Han llegado los primeros fríos y las primeras heladas a Salvacañete y las antiguas Tierras del Marquesado de Moya. Ha comenzado la temporada de recolección de la trufa en estas tierras de la Serranía de Cuenca que inicia su andadura a primeros de diciembre hasta el mes de marzo. La recolección de este hongo y suculento manjar tiene para mí recuerdos entrañables .Mi padre  Mariano López Marín, fue recolector de trufas o “trufero“, como le  gustaba llamarse durante 45 años, desde 1963 hasta el año 2008, un año antes de fallecer con 86 años. Fue un gran trufero y un experto entrenador de perros para buscar la trufa. Todos los perros le servían y tenía gran paciencia para enseñarlos para que aprendiesen a buscarlas por el olfato: incluso enseñó perros para otros. Conmigo compartió sus experiencias e incluso fue con él varias veces a buscar al carrascal de Cañigralejo o al Vallejo del Morrón, ambos parajes cercanos a Salvacañete. Cada vez que viajábamos con él te decía lugares  que había recorrido durante tantos años desde la Serranía Alta de Cuenca hasta  tierras de la Sierra Baja de Cuenca  y lugares de la comarca Utiel –Requena e incluso de la Sierra de Albarracín  y zonas próximas a Salvacañete como Veguillas de Sierra. Se conocía todos los caminos que conducían a los carrascales donde estaba este hongo, caminos que recorrió infinidad  de veces con la compañía  inseparable de sus perros, de su morral con la comida para él y sus animales y el puñal para extraer el preciado hongo, una vez marcado por el perro. Cuando falleció hace ocho años (27-10-2009) sus fieles amigos quedaron huérfanos de alguien como mi padre que iba dos veces al día a visitarlos. Su hermano Félix López Marín se encargó de ellos durante un tiempo. Una perra murió al poco tiempo, tal vez de pena, y las otras dos las regalamos; una a un primo nuestro y buscador también de trufas, Ángel García Jiménez, y la otra a la escuela de Capataces Forestales de Teruel donde la utilizan para enseñar a los alumnos a buscar este hongo tan apreciado. El mejor regalo que le podíamos hacer a mi padre era que esas perras con las que había convivido muchos años siguieran   ejerciendo esa labor de búsqueda. Allí donde estuviese él disfrutaría viendo que su labor no había quedado en vano y que se proseguía, sin su presencia física  pero si con sus magistrales enseñanzas
Este trabajo va dedicado de forma especial a él y a mi tío Miguel López Marín que lo acompaño durante toda su vida a buscar trufas .El día que murió mi tío (27-11-2006) mi padre estaba buscando trufas en Cañigralejo.  Terminaba de llegar al monte. También lo quiero dedicar a los truferos salvacañeteros que formaron cuadrilla con mi padre y que trabajaron muchos años juntos. Eugenio García Requena, el tío Casto el Resinero, los hermanos Doroteo y Gregorio Sanz Díaz y Feliciano García y Enrique Yuste Posteriormente se unieron, cuando sus padres se retiraron, Carlos Sanz hijo de Doroteo y Alberto García, hijo de Feliciano. Mi primo e hijo de Eugenio García Requena, Ángel García Giménez también lleva muchos años  recogiendo trufas en nuestra zona y en pueblos de la Serranía de Cuenca, Tiene una pequeña plantación de carrascas truferas. Otros que también han  buscado  trufas son  Andrés Soriano Marín, yerno de Gregorio Sanz y Daniel  Villanueva.  Todos ellos naturales de Salvacañete. Fueron 45 años de convivencia con la naturaleza, con gentes de nuestras tierras y de comarcas limítrofes, con gentes de Sarrión y El Toro (Teruel) y de Morella (Castellón). Y sobre todo de convivencia y trabajo con su cuadrilla con la que compartió esfuerzos físicos y económicos, viajes, noches en vela en el mercado semanal de Rubielos de Mora, muchos días fuera de casa, negociaciones con ayuntamientos y particulares para ajustar los aprovechamientos de los montes y muchas reuniones en nuestra casa para juntarse con su cuadrilla y repartir ganancias o pérdidas cada semana, que de todo hubo. Y siempre tratando de ser mediador entre todos porque mi padre era un hombre muy trabajador y una excelente persona. Y así lo demostró toda su vida  en la que  continuamente ofrecía su trabajo y su buen hacer al servicio de las gentes de Salvacañete y sus aldeas  y de todos los lugares que visitó en estos 45 años buscando trufas. Cuando paso por esos lugares donde él siempre iba  me traen a la mente  muchos  años de esfuerzo y de entrega, de viajes continuos a las zonas donde se criaban las trufas, al mercado semanal de la estación de Rubielos de Mora, a pujar en las subastas de aprovechamiento de trufas  que hacían y siguen haciendo los ayuntamientos ,a buscar nuevos lugares donde poderlas  buscar , al olor  característico que dejaban en toda nuestra casa las trufas  recién cogidas, a conversaciones familiares  y entre truferos sobre el tema, a días de frío ,hielos  y nieve ,  a los sufrimientos de mi madre cuando mi padre  no llegaba a determinada hora en época de recogida de trufas y a tantos y tantos recuerdos de  cuarenta y cinco años de dedicación intensa a esta labor de recogida de trufas en Salvacañete y en las comarcas próximas. Hoy muchos de esos lugares donde se criaban trufas ya no tienen por distintas circunstancias: sobrexplotación de las truferas, el jabalí que se las come y el tiempo que no acompaña muchos años por no llover el momento adecuado, meses de verano y principios del otoño. Las plantaciones que se hicieron hace años en Salvacañete comienzan a producir sus primeras trufas. Desde hace un tiempo cosecha  unas poquitas mi  amigo Alberto García de Salvacañete en una plantación cercana al pueblo y otros ya han cogido alguna también, pero cantidades pequeñas. Se están haciendo nuevas plantaciones con carrascas microrrizadas con el hongo de la trufa pero estas plantaciones no comienzan a dar sus frutos hasta diez años o más. Este cultivo de la trufa es una salida para nuestros pueblos de la Serranía de Cuenca. al igual que ha sido para varios pueblos de Teruel ,desde hace años, donde las plantaciones son muy abundantes   y donde la fruticultura está muy arraigada. Este certamen de la trufa que este año  2017 se celebra en Salvacañete es un buen momento para comprobar las posibilidades que el cultivo de este hongo tiene  y sus aplicaciones en la gastronomía.
.En nuestros carrascales del Matorral de Cañigralejo, Los Cortijos, La Hoya , Cuestas del río, y Los Rodales y en los de otros pueblos de nuestra zona se encuentra un hongo que es conocido en Salvacañete desde principios de los años 1960. Es la trufa. Reina en la cocina selecta, manjar privilegiado, excelencia de condimento, manjar de fuerte sabor, el no va más de la cocina internacional y asequible a pocos bolsillos, fue conocido en Salvacañete gracias a grupos de truferos venidos de Teruel y Huesca, zonas   en las que también abunda. Al entrar en contacto con estos, un grupo de salvacañeteros[2]  comenzó a buscar este hongo  a principios de los  años  1960, tratando de conocerlo mejor cada día. Unos porque eran pastores   y veían buscar   a gentes de Aragón, de Huesca concretamente .Otros  porque trabajaban en el monte en actividades relacionadas con él y también habían visto a estos buscadores de trufas e incluso hablaban con ellos y otros porque estos buscadores se alojaban en sus casas  o en la posada del pueblo. Los buscadores de trufas franceses por entonces se venían a buscar a tierras de Aragón y los aragoneses a tierras de Castilla, de la Serranía de Cuenca, Molina de Aragón y zonas de Soria. En Salvacañete, Alcalá de la Vega, Salinas del  Manzano, Cañete, Garaballa y otros lugares hubo buscadores de trufa de Aragón, de Huesca y de Teruel hasta que aprendieron los del  terreno. Todavía queda algún buscador de trufa silvestre en  Mira, Aliaguilla, Salinas del Manzano y Salvacañete pero el cambio climático y otras circunstancias han hecho que este hongo haya desaparecido de muchas zonas que antes eran productoras de trufa.

                               Carrascal  o matorral de Alcalá de la Vega.Foto .Mariano López Marín

Datos sobre la trufa y su búsqueda


                                      Trufas negras.(Tuber Melanosporum)
                                            Una trufa negra por dentro.
La trufa es un hongo que se encuentra en simbiosis con las raíces de la carrasca y no muy próximos a la misma. Carece de raíces, es de forma negruzca e irregular, parecida a una pequeña pataca y con un olor penetrante. El tamaño varias desde unos gramos hasta 300 o 400 gramos las más grandes, en la actualidad poco abundantes. El único signo que hay donde se cría es que no hay vegetación y se detectan pequeñas calvas en el terreno. A veces, en los días de invierno que calienta el sol se suelen detectar en las truferas unas mosquitas que denotan su presencia. Hay distintas variedades de trufas, dependiendo si son de carrasca, quejigo o pino. Las más apreciadas y la que abunda en nuestro término y en algunas localidades limítrofes es la trufa negra. Las de los robledales, pinares y quejigales suelen ser casi blancas y de menor sabor.
La recolección se realiza desde finales de noviembre hasta el 20 de marzo, utilizando perros amaestrados por el trufero o buscador. Algún año de cosecha abundante  y fríos han llegado  a recolectarla hasta el mes de abril, y otros en febrero  ha habido que dejar la campaña de recolección porque ya no había. No todos los buscadores saben enseñar adecuadamente a los perros por lo que un perro enseñado a buscar trufas alcanza altas cotizaciones. Este hongo se encuentra  en la Serranía de Cuenca, tanto en la Alta como en la Media y en la Baja  e incluso por zonas de la provincia de Valencia, Utiel, Las Cuevas, Camporrobles, Siete Aguas, Maestrazgo de Castellón con Morella como centro, Teruel, Soria; Huesca  y Guadalajara.

                               Carrascal o matorral  de Alcalá de la Vega 2.Foto Mariano López Marín

 Lugares donde han buscado trufas los truferos de Salvacañete

Los lugares donde han buscado trufas los truferos de Salvacañete que formaban cuadrilla con mi padre han sido muchos.
En Salvacañete hay trufas, siempre  que el año acompañe con lluvias  en agosto y septiembre, en los siguientes parajes: Carrascal de Cañigralejo, El Vallejo del Morrón, carrascal de la Jarilla. Carrascal de la Hoya, Los Rodales y las Cuestas del Río y en  el carrascal  de los Cortijos
 En la Serranía Alta de Cuenca; Fuertescusa, Beteta, Majadas, Zona de Tejadillos entre Cañamares y Tragacete (Montes de Cuenca), Tragacete , Beamud. Cañada del  Hoyo, Valdemoro y Valdemorillo y  Los Palancares de Cuenca
En la Serranía Media y Baja de Cuenca :Cañete, Salinas del Manzano, Huerta del Marquesado, Alcalá de la Vega, Campillos Paravientos, Fuentelespino de Moya, Santa Cruz de Moya y Mira ( zona de la sierra).
En la Comarca Utiel –Requena: Utiel (zona de Estenas), Las Cuevas  y Camporrobles.
En la Hoya de Buñol: Siete Aguas.
En el Rincón de Ademuz: Casas Bajas. En la actualidad Alberto García  de Salvacañete tiene una explotación de trufas en dicho lugar  cuya plantación realizó su padre.
Provincia de Teruel: Veguillas de Sierra
Mapa de la Serrania de Cuenca  con la localización de todos los lugares donde buscaban trufas la cuadrilla de mi padre  Mariano López Marín en los años 1970  y décadas posteriores.





Jornada de un trufero , amaestramiento de los perros y cantidad de trufa que  podían recoger en un día.

         La jornada de un trufero comienza hacia las nueve o las diez de la mañana. Se dirige hacia las zonas de búsqueda con sus perros. Los perros se llevan en una jaula dentro del coche si se va a ir lejos y si no andando. La mayor parte de los días iban lejos de Salvacañete. Una vez en el terreno a buscar el perro olfatea y detecta la presencia de la trufa escarbando un poco con sus patas. El trufero la extrae con un puñal sacando con cuidado la tierra para no dañar la trufa. Las trufas se suelen encontrar a unos 20 centímetros de profundidad. Si el trufero no la encuentra el perro la vuelve a marcar “remarcar”. Una vez encontrada el perro recibe una recompensa en forma de comida, pan o carne. Para enseñar a los perros a buscarlas deben pasar por un periodo de mucha hambre hasta que aprenden a comérselas, normalmente en pequeños trozos envueltos en comida. Una vez pasado ese periodo y cuando se han familiarizado con su olor, el trufero se las esconde para que las busque. Mi padre las escondía para enseñar a sus perros en parajes al lado de casa, zona del Ejido  o  Legio o detrás del Desmonte en  un pedazo de nuestra propiedad  en la zona de los Cerraillos.


                               Trufero  con su perro buscadndo trufas en una finca con explotación trufícola .Foto archivo del autor.
 La cantidad de trufa recogida cada día por un trufero  depende del año, desde 100 gramos en años de escasez hasta 2 y 3 kg cuando había  abundancia.. Si los meses de ,julio, agosto y septiembre han   sido lluviosos la cosecha será buena. Si ha habido sequía o no habrá o será escasa. Los últimos años han desaparecido muchas truferas por la búsqueda masiva, por la falta de lluvia y el cambio climático y porque el jabalí se come este hongo.  Hace muchos años, me contaba mi padre, encontraron un recurso para evitar que el jabalí destrozase las truferas, colocar sobre ellas pelo humano recogido en las peluquerías. Una recomendación importante es que una vez sacada la trufa se tape el pozo para que al año siguiente pueda criar otra vez. Hay carrascas más criadoras de trufas que otras e incluso hay zonas de carrascas que no crían trufas como ocurre en el gran carrascal de la Dehesa de Moya en Landete   y otros muchos carrascales.

Organización de la cuadrilla de truferos de Salvacañete. Arrendamiento de los montes.

Los truferos se agrupaban en cuadrillas, de 4 a 8 miembros. Vendían su recolección en grupo y todos cobraban lo mismo, una vez deducidos los gastos de transporte, subastas a los ayuntamientos o a particulares, alojamiento si están fuera de casa, etc. En los años 1970 y 1980 la cuadrilla de truferos de Salvacañete la formaban Eugenio García Requena, Casto el Resinero, Doroteo y Gregorio Sanz, Mariano y Miguel López Marín, Feliciano García y Enrique Yuste. Buscaban y se quedaban subastas en varios pueblos de Cuenca. En el año 2009, buscaban trufas Enrique Yuste, Carlos Sanz Pérez, Andrés Soriano, Alberto García, Ángel García Jiménez con alguna incursión de Daniel Villanueva. El cambio climático ha afectado a esta especie. La pareja  de nuestro vecino y amigo Carlos Sanz Pérez, la veterinaria Carolina Herrada, presentó en la Cumbre del Clima de Paris celebrada a finales del año 2015 un video, a través de Greenpeace de cómo ha afectado al medio rural el cambio climático incidiendo en la trufa y en la ganadería Para buscar trufas en un pueblo deben pagar dinero a los ayuntamientos como propietarios de los  montes  o a particulares. En el primer caso deben participar en una subasta al mejor postor. Las subastas municipales son a la alza, en pliego cerrado y al mejor postor. A veces corren el riesgo de pagar más por el fruto que luego van a sacar.

                           Grupo de truferos  buscando en una finca con su fiel amigo el perro.Foto archivo del autor.

El mercado semanal de trufas.

La venta de las trufas se realizaba  en mercados oficiales  que existen en distintas zonas de producción. Hay varios en España, en Molina de Aragón, Morella, Mora de Rubielos, Graus, etc. Cada día de la semana se celebra en un sitio para que los compradores puedan visitarlos todos. Los truferos de Salvacañete las vendían en Mora de Rubielos la noche del viernes al sábado. Cada vendedor negociaba  con el comprador el precio de venta  y este depende de la oferta y la demanda. Si hay muchas el precio baja, si hay pocas sube. A veces han alcanzado precios desorbitados en torno a 600 euros el Kg., otras muchas veces el precio está “tirado por tierra”.  Las trufas no las ven los que las compran hasta que no se pesan. En este mercado siempre había directores de oficinas bancarias para hacer los pagos de las transacciones  y la presencia de la guardia civil. La mayor parte de la producción de trufas se exporta. Las trufas negras de la Serranía de Cuenca son muy apreciadas por su alta calidad.

La truficultura actual.

La escasez de este hongo, y sus altos precios y la variabilidad de la climatología ha llevado a producir trufa  en forma de cultivo en  fincas  en las que se plantan carrascas o robles ya micronizados con el micelio de la trufa. Es bastante caro y la producción se puede obtener en unos diez  años. En Salvacañete tienen explotaciones Alberto García, Ángel García, Paco y Andrés Soriano y recientemente Carlos Sanz. En Salinas del Manzano y Alcalá de la Vega hay alguna otra. Son frecuentes en la zona del Toro, Barracas, en Soria, Castellón y Huesca donde ya obtienen producción desde hace años. Deben abonar, labrar y regar las carrascas cada año como cualquier otra explotación agraria. Las fincas están valladas para que solo puedan acceder a ellas los propietarios con sus perros.


                                     Buscando trufas en una finca con explotación de truficultura.
Archivo del autor.

Importancia  ecológica de las Trufas

Al igual que muchas otras especies de tuberáceas y de otros hongos, su mayor importancia no es culinaria sino ecológica ya que forman micorrizas, esenciales para el crecimiento de una variedad de árboles, las encinas o carrascas truferas.
La truficultura permite poner en valor tierras  que de otra manera serían eriales .Así están plantadas de carrascas con el consiguiente beneficio para el medio ambiente, además del beneficio económico una vez que la plantación comienza a producir trufas.

Consumo de la trufa

La trufa se puede consumir mezclada en láminas en salsas como condimento, dejada en coñac para utilizar ese licor como condimento o añadirla al adobo de los embutidos. En zonas como Morella (Castellón) o Sarrión (Teruel) celebran jornadas gastronómicas relacionadas con la trufa. En la provincia de Cuenca también celebran jornadas gastronómicas de la trufa en Cuenca capital y en Cañete. Suelen ser en enero o febrero en plena campaña trufera.



Trufas del Maestrazgo y bocaditos de productos trufados.Estuvieron presentes en el I Certamen de la trufa de Salvacañete .


JORNADAS GASTRONÓMICAS DEDICADAS A LA TRUFA EN LA SERRANÍA DE CUENCA
 La calidad de las trufas recolectadas en los montes de la Serranía de Cuenca es extraordinaria y son muy apreciadas a nivel nacional e internacional.  Desde hace  unos años   se están organizando  por esta zona  jornadas gastronómicas en  diversas localidades relacionadas con la trufa ,que además de recurso  económico importante para la economía de estas zona puede ser un reclamo gastronómico muy importante y potenciar el turismo de invierno, tanto para enseñar  cómo se buscan , como se cultivan , como se  usan en gastronomía como para difundirlas y dar a conocer los parajes  donde se encuentran todos ellos de singular belleza. Este Certamen de la trufa de Salvacañete de este año 2017 en el que participan gentes  relacionadas de una u otra forma con este producto ,desde su recolección, conservación ,cultivo  y  utilización gastronómica es un buen reflejo de la importancia  que tiene este manjar no solo para la Serranía de Cuenca sino también para muchos otros lugares. Impulsemos estos certámenes y ayudemos a que el cultivo de la trufa siga creciendo  como una forma de fijar población en estas zonas serranas.






































Trufero con su perro  dándole un premio al descubrir una  trufa. Archivo del autor.


HOMENAJE POÉTICO  A LOS  TRUFEROS DE SALVACAÑETE 




TRUFEROS
Dedicado a mi padre, Mariano López Marín, a su hermano Miguel López Marín, a Doroteo Sanz y Gregorio Sanz, a Eugenio García y al tío  Casto, a Feliciano García y Enrique Yuste y a los que como ellos aun dedican  los crudos días de invierno a sacar de la tierra  el preciado hongo, la trufa negra.



En días de esperanza
cuando llega el invierno
recorréis matorrales
en compañía de vuestros perros
buscando el preciado hongo
bajo  la tierra y muy negro
con olor muy profundo
aroma muy bueno
que los perros reconocen
tras buen adiestramiento.

Desde Noviembre a Marzo
cada día y con denuedo
recorréis matorrales
de nuestro querido pueblo,
de pueblos más cercanos
y de otros más lejos
buscando bajo la tierra
la trufa, ese hongo negro
preciado manjar
en restaurantes muy buenos
en cocinas afamadas
para condimentar con esmero.
El perro os acompaña
marcando lugar certero
donde encontraréis seguro
el apreciado hongo negro
excavando con vuestro puñal,
haciendo un agujero
hasta encontrar entre la tierra
la trufa sacada con esmero
premiando al perro después
con algún merecido premio
como colofón importante
de su tesón y su esfuerzo.

Poco a poco durante el día
recorren lugares nuevos
recogiendo la cosecha
de trufa negra, en el suelo
disfrutando de paisajes
entre carrascas y enebros,
entre viejos matorrales
donde transcurre el tiempo
de estos hombres singulares
nuestros amigos truferos
en tierras de Salvacañete
en crudos días de invierno
con su morral al hombro
su puñal y su perro
sus ilusiones y esperanzas
puestas en ganar algún dinero
si la cosecha ha  sido buena
y el mercado es cicatero
la oferta y la demanda
fijarán el mejor precio.

Cada semana una pareja
debe vender el género
en Castellón, en Morella
o en Mora de Rubielos
en mercado nocturno
entre compradores y banqueros.
Una vez hecha la venta
el  viaje de regreso
reunión de la cuadrilla
y a repartir el dinero
descontando los gastos
de subastas y terrenos,
de viajes frecuentes
y desplazamientos diversos
y en otras épocas hace años
de estancias en pueblos
Beamud y Fuertescusa,
Mira en el otro extremo
o Santa Cruz de Moya
entre cuestas y vericuetos
localidades serranas y conquenses
donde existen  lugares truferos.

¡Cuántas noches de tertulia
y de buenos arreglos
cuadrilla de buscadores
cuadrilla de truferos!
Eugenio García y Casto
Gregorio Sanz y su hermano Doroteo
Feliciano García y Enrique Yuste
y los hermanos pesetos
Miguel y Mariano juntos
buscando trufas contentos.
A ellos se han incorporado
otros truferos nuevos
Angel  ,  Alberto  y Carlos
de esta  profesión herederos
junto con Andrés y José María
y algún otro trufero nuevo
continuando tradición
de padres truferos
que iniciaron experiencia
en los años sesenta, por cierto
cuando sobre nuestros matorrales
gentes de Huesca con  acierto
buscaban el preciado hongo
entre esperanza y misterio.

A vosotros cuadrilla errante
amigos del alma, truferos
dedico estos versos entrañables
como grato recuerdo
de casi cuarenta años de búsqueda
en tierras de nuestro pueblo
en pueblos cercanos
y a veces bastante lejos
para ganar un jornal
y conseguir un dinero
entre carrascas hermosas
y dóciles perros
a los que enseñasteis un día
con titánico esfuerzo
a buscar el preciado hongo
por lugares hermosos y bellos
de noviembre hasta marzo
cuando domina el invierno,
entre escarchas y nevadas,
entre lluvias y vientos
con ese sol temido
que ilumina los campos yermos,
las carrascas centenarias
y los numerosos calveros
signo inestimable
de existencia de truferos
cuyo fruto exquisito
es manjar del suelo
preferido por el jabalí
que remueve agujeros,
enemigo importante
de esos formidables truferos
que han sacado de la tierra
el preciado fruto negro
durante años importantes
con dedicación y esfuerzo
en días de escarcha y frío,
en tiempos crudos de invierno,
desde noviembre a marzo
cuando madura el fruto nuevo
en nuestros grandiosos matorrales
por tierras de Cañigralejo
en La Hoya o en Los Cortijos
o en  tierras y vericuetos
de las Cuestas del río
junto al Cabriel que contento
conduce sus aguas bravas
hacia otros terrenos
donde también abunda la trufa
matorrales inmensos
tierras de Alcalá de la Vega
donde hace ya tiempo
buscasteis con dedicación
trufas con vuestros perros
por tierras de la Hoz
donde Luciano el cabrero
pastoreaba su ganado
hace años con denuedo.
A vosotros, mi padre y mi tío
y a  sus compañeros truferos
quiero rendir homenaje
por vuestra dedicación y esfuerzo
durante muchos años con entrega
en crudos días de invierno
recorriendo matorrales
con vuestro inseparable perro
cada día de sol a sol
buscando el  apreciado hongo negro
desde noviembre a marzo
por matorrales  señeros
con entrega y dedicación
por tierras de nuestro pueblo,
por pueblos cercanos
y por otros más lejos
sacando de la tierra
ese fruto de aspecto tan negro
manjar apreciado
por los grandes cocineros.
Mariano López Marín
Landete 21 de agosto de 2001
Utiel, 29 de marzo de 2002.




Ese viejo morral colgado en la cámara de mi casa en Salvacañete es el que utilizó mi padre en toda su vida para buscar trufas. Al lado  objetos para la matanza: Embutidera, orza, caldera de cocer las morcillas y una escañeta, mesa donde se colocaba la estructura de la embutidera M.L.M.







[1] LOPEZ MARÍN, M.- “Etnología y costumbres populares de Salvacañete”. Ediciones Rodeno .Colaboración Excmo. Ayto. de Salvacañete. Cullera, 2016. “Tiempo de trufas en Salvacañete y su comarca” http://mariano-recuerdosyaoranzas.blogspot.com.es/2012/12/tiempo-de-trufas-en-salvacanete-y-su.html.
[2] Mi padre, Mariano López Marín, ha sido trufero más de 40 años y con él he conocido todos los prolegómenos de la búsqueda de este hongo. Ha viajado por parajes de Cuenca, Teruel y Valencia recogiendo este preciado hongo y ha sido un gran buscador de trufas y un gran amaestrador de perros. Ha conocido muchos pueblos y parajes buscando trufas durante más de 40 inviernos. Toda la información de la trufa se la debo a él al que he acompañado alguna vez a buscar .Sirvan estas líneas de homenaje a su persona y entrega al trabajo denodado en todo a lo que se ha dedicado.