Dedicado
a mi padre, Mariano López Marín, a sus hermanos Miguel y Félix López Marín, a
mi tío Amador Marín, al tío Telesforo Yuste, a Pantaleón Moreno y a esas personas que anteriormente se dedicaron al esquileo del ganado y a las
que todavía se dedican en nuestro pueblo
a esa tarea hermosa en unas tierras serranas unidas íntimamente a la ganadería.
Llega junio y en primavera
se inicia el esquileo
las ovejas han llegado
de los pastos del invierno
de tierras más cálidas
los pastores han vuelto
con sus rebaños trashumantes
hasta pastos más frescos
aquí en Salvacañete
en sus aldeas y rentos.
En cuadrilla y en familia
los técnicos del esquileo
esquiladores de antaño
con tijeras o con manilleros
moviendo las máquinas
en singular movimiento
con su trabajo importante
de constancia
y esfuerzo.
Llegan a cada casa
día grande y de esfuerzo
las ovejas están embachadas
para que el calor ablande el cuerpo
se desprenda bien la lana
y haga fácil el esquileo.
Los ayudantes manean ovejas
el esquilador encorvado y presto
va quitando la lana
a ovejas y moruecos
buenos vellones se guardan
entre olor a “mugre” y a “moreno”.
El ruido de las tijeras
el sudor de los bacheros
el olor a mugre y lana
son ejemplos certeros
que están en plena faena
el día del esquileo.
Hay un momento de pausa
descansan todos contentos
beben aguardiente o vino,
comen dulces caseros
hay que cuidar bien a todos
por tanto y tan gran esfuerzo.
Se reanuda el trabajo
un esquilador pide moreno
para tapar una herida
de un corte a un carnero;
otro gastará una broma
a algún zagal despierto
haciendo “sacar la vedija”
del agua en la que han puesto
un trozo de lana fresca
recién cortada a un cordero
un “primal”
que se ha guardado
como “ mardano”
el primero
“pinta” muy bien corriendo ovejas
da buenos corderos.
Va
pasando el día
los esquiladores acusan el esfuerzo
sus espaldas encorvadas
dan fe de ello.
Los bacheros sudorosos
trajinan con denuedo
atando y desatando ovejas
que salen y entran del bache con estruendo.
Han acabado un “bache”
otras entrarán de nuevo
hasta acabar el rebaño
y terminar el esfuerzo
quedando las ovejas limpias
y los vellones dispuestos
para la venta algún día
cuando venga algún lanero
que la llevará para limpiarla
a algún famoso lavadero
de una industria textil
que la transformará en nuevos
hilos de lana hermosos
con los que confeccionar con esmero
diversas prendas de lana
para todos los tiempos.
Otra lana se guardará
para hacer colchones nuevos
lavada y muy limpia
dará calor en invierno
en esas camas mullidas
de alcobas de otros tiempos.
Otros vellones viajarán
a un lugar de gran abolengo
muy ligado a Salvacañete
Tramacastilla con gran lavadero
con vieja industria textil
mantas, cobertores y otros enredos.
Algunos vellones mas
se transformarán en nuestro pueblo
en viejos telares artesanos
frecuentes en otros tiempos
El Batán, La Herrería, Casa Nueva
Casas Nuuevas
y en el propio pueblo
lienzos, cordellates y mantas
toda clase de géneros
necesarios para el hogar
trabajados con esmero.
Ha acabado el día,
ha terminado el esquileo
sobre las lomas peladas
salen ovejas y carneros
con sus pieles recién ameradas
con el clásico hierro
del nombre del propietario
marcado con pez de nuevo.
Ha sido un gran día
de trabajo y de esfuerzo
para la cuadrilla de esquiladores,
para los fuertes bacheros,
para la cocinera de la casa
que no descansa un momento,
gazpachos para almorzar
con tajadas de magro añejo
pepinillos envinagre
y alguna fruta del tiempo,
cocido para comer
hecho con mucho esmero
con carne de alguna res
matada para el momento
o una suculenta paella
toda llena de tropiezos
de buen pollo de corral
o de estupendo conejo.
Por la noche judías
y algunos otros enredos
hay que cuidar muy bien
a los que trabajan en el esquileo
sean esquiladores o manilleros
el pastor y los bacheros
todos son importantes
en un día duro y pleno.
Por la noche merecido descanso
los huesos duelen por momentos
al día siguiente un nuevo rebaño
en esta aldea o en otro rento
en nuestro pueblo querido
o en otro cercano al nuestro
de la provincia de Cuenca
o del Rincón de Ademuz señero,
lugares entrañables
recorridos por salvacañeteros
esquilando ganados
para ganar algún dinero
en días de junio y julio
cuando el verano viene de nuevo.
A vosotros esquiladores
quiero dedicar estos versos
a Telesforo Yuste
que esquilaba machos con esmero
y que después acompañó
a otros en el esquileo;
a Mariano,
Felix y Miguel
esos hermanos,” los Pesetos”
a Amador Marín Y Pantaleón
al que llamaban Moreno,
a otros anteriores también
que trabajaban atentos
con sus tijeras famosas
esquilando ovejas y carneros.
Esquiladores serranos
profesionales del esfuerzo
entregados a su tierra
a los rebaños repletos
de buenas ovejas serranas
esquiladas con esmero
con dedicación plena
con técnica y con salero.
Todavía
hoy en día
habéis dejado
refuerzo
de otros más jóvenes
dedicados al esquileo
con máquinas eléctricas
que han dejado para el recuerdo
la viejas tijeras
y las máquinas de manillero
viejos recuerdos de hace años
herramientas de otros tiempos
segunda mitad del siglo XX
años de grandes esfuerzos.
Ahí ha quedado patente
en aldeas y numerosos rentos
vuestra dedicación plena
con trabajo y
con esfuerzo
a esa profesión de esquilador
que me trae buenos recuerdos
cuando acompañaba a mi padre
como manillero bien contento
trabajando de sol a sol
para ganar algún dinero
recorriendo muchos lugares
entre ovejas y carneros,
viviendo experiencias inolvidables
y todo el día aprendiendo
ese saber popular
de nuestras gentes y pueblos
heredado desde antiguo
transmitido con esfuerzo.
Hoy quiero recordar
a esos que recorrieron
esquilando los rebaños
nuestras
aldeas y rentos,
los pueblos cercanos
todos de buenos recuerdos,
viejos esquiladores,
trabajadores eternos
desde que rayaba el día
hasta que el sol iba cayendo
con sus espaldas encorvadas
y quitando a los carneros
esos vellones de lana
para que el verano sea fresco
lana que un día fue tesoro
de estos lugares nuestros
valor en alza constante
hasta que llegaron productos nuevos.
A vosotros, viejos esquiladores
van dedicados estos versos
como
mi mejor homenaje
a vuestro gran esfuerzo
en años duros y difíciles
cuando para ganar algún dinero
trabajabais de sol a sol
durante
muchos días con denuedo
con constancia y dedicación
valores
que son eternos
entre ganados
serranos
por nuestras aldeas y rentos,
por esos pueblos cercanos
donde habéis dejado amigo sinceros.
Viejos esquiladores
profesionales del esfuerzo
entre ganados trashumantes
olor a mugre y moreno
grandes profesionales
de este Salvacañete nuestro.
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