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miércoles, 26 de octubre de 2011

LOS CASTELBLANQUE EN SALVACAÑETE Y EN LAS TIERRAS DE MOYA
2ª PARTE
D. JAIME DE CASTILBLANQUE. Inventor de la fabricación del acero en la provincia de Cuenca
MARIANO LÓPEZ MARÍN

Continuando con el tema del capítulo anterior sobre la presencia de los Castelblanque en Salvacañete y en las Tierras de Moya voy a seguir analizando la presencia de los Castelblanque en Salvacañete y en particular un personaje ilustre y natural de nuestro pueblo D. JAIME DE CASTILBLANQUE, inventor de la fabricación del acero en la provincia de Cuenca..
En la concordia entre Alcalá de la Vega y Salvacañete por las dehesas de la Hoz y el Palancar que tuvo lugar en 1809 menciona unos derechos adquiridos por los ganaderos de Cañete , Salvacañete y Valdemeca en la zona de disputas entre Salvacañete y Alcalá de la Vega, objeto de la concordia. Estos derechos eran ya del siglo XVI, según documento de la Real Chancillería de Granada.
Ese documento del siglo XVI , de más de 3000 folios y escritura muy complicada, fue consultado por Niceto Hinarejos Ruiz y él me ha facilitado algunas curiosidades sobre el mismo. Trata este documento de pleitos entre Valdemeca y Cañete y Moya y sus Tierras sobre Dehesas, Redondas , Ensanches.. etc. En él se menciona la Cañada del El Cubillo y Palancarejo que tanto Salvacañete, a través de Hernando de Perea , jurado del lugar como el Común de Alcalá y El Cubillo, defendían como propias. También alude el documento a un tal Ugenio de Castelblanque y que el único que podía entrar en las Redondas era “ el carnicero que abastecía de carnes a los vecinos “
En el siglo XVIII se mencionan en varios documentos el apellido Castelblanque. En este siglo XVIII había en Salvacañete dos Castilblanques ( como se decía entonces) muy famosos. D. Juan de Castilblanque y D. Jaime de Castilblanque relacionados con las fundiciones de hierro que había en mi pueblo. El primero, Juan de Castilblanque trabajaba en la Herrería La Nueva, actual Molino de la Herrería y que han rehabilitado de forma maravillosa. D. Juan Castilblanque lo tenía arrendado a D. Juan Peinado de Araque, caballero de Moya y dueño de muchas tierras en distintos lugares. Ese molino ha sido propiedad hasta hace unos años de Luís y Jorja, dos amigos entrañables con los que he convivido muchos años. Al morir el tío Luís su esposa e hijos lo vendieron a Raúl Soriano, con vinculaciones familiares en Salvacañete. Ese molino recuerdo que producía luz para los vecinos de la cercana aldea de la Nogueruela cuando lo tenía el tío Luís. Él, cuando se bajó a vivir a Salvacañete, lo tenía conservado de forma maravillosa convertido en un museo de la molinería. La restauración ha sido fácil. La maquinaria del molino y el antiguo generador de 1920 han sido restaurados por Néstor Adalid, uno de los últimos molineros de Salvacañete y dueño del Molino de abajo, donde molían los de Alcalá de la Vega. El Molino de La Herrería ha sido fundición de Hierro, batán, molino harinero y minicentral eléctrica. Uno de los mazos de la fundición lo vendió le tío Luís para la chatarra, según me contó él hace años. No obstante los restos que están encontrando en la restauración los están conservando. Quiere convertir el lugar en una casa de turismo rural.

El otro Castilblanque del Siglo XVIII, D. Jaime de Castilblanque, fue muy famoso. Fue le inventor de la fabricación del acero en la provincia de Cuenca y uno de los primeros de España. Para su fundición se asoció con el madrileño D. Francisco de Mendinueta, caballero de la Orden de Santiago y levantó su fundición en el lugar del Martinete, a unos 2 kilómetros de la ermita de Salvacañete, en dirección hacia Albarracín. Los problemas con los marqueses de Moya por el acopio de leñas para dicha fundición dieron al traste con su industria, a pesar de que el acero que fabricaba era tan bueno o mejor que el de Mondragón ( Guipúzcoa)


El Diccionario de Tomás López Vargas Machuca , año 1786, dice: “ En este pueblo tiene dentro de su término dos fábricas de hierro, una llamada del Martinete establecida por D. JAIME DE CASTILBLANQUE natural de este lugar y la otra llamada Herrería la Nueva propiedad de Juan Peinado y Araque natural y vezino de la villa de Moya en las que se trabajarán anualmente unas ocho mil o nueve mil arrobas de hierro en cada una, sin que haya en ellas artífice alguno, ni otros instrumentos o máquinas que las que usan en otras herrerías..”
La otra herrería pertenece a D. JUAN FRANCISCO PÈINADO DE ARAQUE vecino de dicha villa de Moya. Dista del pueblo una legua y sita en dicho río Cabriel y la tiene arrendada Juan de Castilblanque vecino de este lugar en mil doscientas setenta arrobas de hierro cada año con la obligación de dar el monte necesario para el carbón de dicha fábrica al referido Peinado la que anualmente producirá diez mil quinientas arrobas de hierro que vendidas al mismo precio producirán ciento cuarenta y un mil setecientos cincuenta reales de vellón.


En una de las herrerías que había en Salvacañete en el siglo XVIII, en la del Martinete, un paisano nuestro D. JAIME DE CASTILBLANQUE va a inventar la fabricación del acero en la provincia de Cuenca y uno de los primeros que trabajaron esta industria en España, según nos cuenta José María Álvarez Martínez del Peral en el “Día de Cuenca” de 21 de enero de 1927 .
D. Jaime de Castilblanque era natural de Salvacañete, descendiente de antigua y noble familia. Reconstruyó una antigua fábrica de hierro, estableciendo un taller –factoría para la fabricación del acero, industria esta casi desconocida en España. Para ello se asoció con D. Francisco de Mendinueta . Tuvo que abrir un caz en la fábrica que reconstruyó de 1004 varas de largo, para lo cual debió volar varias rocas. D. Francisco de Mendinueta era un Caballero de la Orden de Santiago, residente en Madrid, aunque nacido en Pamplona. Era el gran asentista de la Corte en tiempos de Felipe V y Fernando VI y por tanto recibía sueldo del los Reyes. Durante más de 20 años alimentó a los ejércitos de los reyes con las provisiones que él gestionaba y se había comprometido ante la corte al suministro de 80.000 quintales de municiones de guerra, durante 10 años y se le había adjudicado el Arrendamiento de Rentas Provinciales de Cuenca . Por esta circunstancia, o por alguna otra relacionada con sus compras de lana y paños de Teruel, F. Mendinueta conocería a Jaime de Castiblanque en sus sencillas fundiciones de Salvacañete. Alguna posibilidad vería el gran negociante navarro para asociarse con Castiblanque, modernizar la fundición e incrementar la producción y la calidad del acero del Martinete, beneficiándose del mismo, y cumplir los compromisos contraídos ante el Rey” hasta las 10.0000 arrobas anuales de una excelente calidad”, ya que sus fundiciones del Norte no eran suficientes.
De esta herrería reconstruida nos facilita datos el Catastro de Ensenada en 1752 “ en este dicho término hay dos herrerías, la una a distancia de cerca un cuarto de legua de esta población la que ha costeado D. Francisco Ramírez Mendinueta, caballero de la orden de Santiago vecino de la villa de Madrid a las orillas del dicho río Cabriel con cual agua trabaja y producirá anualmente diez mil arrobas de hierro el que se vende a trece maravedíes y medio…..” y el Diccionario de Tomás Vargas Machuca en 1786 “En este pueblo tiene dentro de su término dos fábricas de hierro, una llamada del Martinete establecida por D. Jaime de Castilblanque natural de este lugar y la otra llamada Herrería la Nueva propiedad de Juan Peinado y Araque natural y vezino de la villa de Moya en las que se trabajarán anualmente unas ocho mil o nueve mil arrobas de hierro en cada una”.

Las primeras barras de acero obtenidas por D. JAIME DE CASTILBLANQUE se mandaron, un año después de reconstruida la fábrica, a Madrid, mereciendo el elogio del personal especializado pues era superior al fabricado en Mondragón ( Guipúzcoa) y en Urbieta e igual al que venía del extranjero, con las que en principio se confundieron, debiendo fabricar otras de dimensiones determinadas para cerciorar a los examinadores que eran fabricadas en España.
D. Jaime era un hombre de escaso capital y no podía continuar en grande sus modestos ensayos por lo que pidió protección al gobierno, logrando algunas franquicias y el fácil acopio de leñas. Hay un estudio muy completo sobre la ACERÍA DE SALVACAÑETE realizado por Eugenio Larruga Boneta incluido dentro de su obra “Memorias políticas y económicas de los frutos, comercios, fábricas y minas de España..” Madrid, 1792 en el que se dan las características técnicas de esta primitiva acería de Salvacañete.

La resolución del fácil acopio de leñas dio lugar a una fuerte oposición del Marquesado de Moya de los pueblos de la comarca, alegando que los montes asignados para la corta eran de propiedad particular. La fábrica de hierro utilizaba como combustible leña, sobre todo de carrasca, de mayor poder calorífico. D. Jaime de Castiblanque había adquirido en exclusiva, en el primer tercio del siglo XVIII, el derecho de todas las leñas y el carbón vegetal de encinas y carrascas en tierras de Alcalá de la Vega, en lo que quedaba de lo que fue la Gran Dehesa de la Hoz .Así se aseguraba el suministro de leñas y carbón ante la prohibición de cortar en terrenos propiedad de los Marqueses de Moya, si no pagaba, y por otra parte Alcalá se aseguraba unos ingresos importantes para su economía. Esta fábrica contribuía anualmente al Marqués de Moya por corta de leñas en los montes de su propiedad “…Contribuye esta herrería al Sr. Marqués de Moya por la corta de montes en este término para carbón con seis mil seiscientos reales de vellón” La fábrica de la Herrería La Nueva pagaba lo mismo al Marqués de Moya.” Así mismo satisface D. Juan Peinado de Araque al Sr. Marqués de Moya por la corta de montes en otro término para carbón seis mil seiscientos reales …” El Marqués cobraba anualmente de ambas fábricas de hierro 13200 reales por cortar leñas en los montes de su propiedad, por eso se oponía a las exenciones por la corta de leñas que el gobierno había concedido a D Jaime de Castilblanque.
En 1748, la Real Ordenanza General de Montes y Plantíos delimitó los derechos de maderas sobre las tierras de Propios. Con este recorte de derechos, también se sintieron recortados los derechos de nuestro paisano Jaime de Castiblanque sobre las leñas que compraba en la Gran Dehesa de la Hoz para sus fundiciones y al mismo tiempo los vecinos de Alcalá perdieron unas rentas muy importantes para su economía. Ante este hecho. Jaime de Castiblanque, al ver reducidos los suministros de carbón pensó que “ los viejos pergaminos que Alcalá tenía “ podrían ayudarle. Y debió inspirar nuestro paisano cierta confianza a los de Alcalá para su éstos le entregaran esos documentos seculares “ para su revalidación en Madrid” , posiblemente pensando que las buenas relaciones que don Jaime tenía con su socio financiero y amigo D. Francisco de Mendinueta , navarro de origen, Caballero de la Orden de Santiago, residente en Madrid, muy ligado a la Corte y el que tendría que hacer las gestiones, solucionarían el problema. Llegó 1748 y ,aunque el acero del Martinete era superior al de Urbieta, la rigidez de la ley hizo que la gran dehesa de Alcalá dejara de suministrar leñas y carbón a la herrería de d. Jaime de Castiblanque , costeada por D. Francisco de Mendinueta.. Lo cierto es que lo suministros de leñas para carbón jamás se restablecieron. Pudo más la fuerza de la ley que la influencia ante el Rey. Tal vez la decepción de Mendinueta, que posiblemente esperaba mejores resultados y los problemas con el acopio de leñas determinó que no volviese al Martinete. Los documentos que se había llevado irían a parar a algún lugar, no determinado de los muchos que frecuentaba como hombre de negocios y financiero de la Corte de Fernando VI. Dadas las características del personaje, es probable que los conservase hasta su muerte . Cuatro años más tarde, en 1752, lo de Alcalá se lamentan y denuncian su desaparición: para unos fruto de una imprudencia, para otros de un considerable engaño y para otros motivo de gran desilusión.
Al final el pleito entre D. Jaime, el Marquesado de Moya y los pueblos cercanos dio fin a la industria del acero en Salvacañete que pudo ser el principio de la prosperidad industrial de la provincia de Cuenca. Y los problemas entre términos, Alcalá de la Vega y Salvacañete, no terminaron pues en 1808 hubo un deslinde entre ambos términos en el que intervino el Marqués de Moya.

En elsiguiente enlace podíes ver más datoS ssobre D. JAIME DE CASTILBLAMQUE:

http://www.salvacanete.es/articulos/d-jaime-de-castilblanque-un-salvaca%C3%B1etero-ilustre