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miércoles, 10 de enero de 2018

ENTREVISTA A UN ANTIGUO TRABAJADOR DE INDUSTRIAS MANCLUS,VICENTE TOMÁS CALATAYUD, CON MOTIVO DE SU VISITA AL RELOJ DE MOYA


 Mariano López Marín
18-11-2017-. Villa de Moya

“Un antiguo trabajador de industrias Manclús visita el reloj de Moya "

Se llama Vicente Tomas, vive en Valencia y nació en Carricola (Valencia), tiene 86 años, ha estado cerca de 40  años arreglando relojes y montando campanas por todos los continentes, trabajó en industrias Manclús, (campanas y relojes), conoce perfectamente la historia de la campana del reloj de Moya, no conoce el mecanismo del reloj de Moya, y dada su antigüedad deseaba conocerlo
.

 Un momento de la entrevista a D. Vicente Tomás Calatayud  en  el campanario de la iglesia de Santa María de  Moya junto a su reloj del siglo XVIII que vino a visitar. Fotografía de  Sergio Cano.
“Aquel tañido de la campana doblando en campos y barbechos en surcos y barrancas, se llevó la ultima niebla, antes de que amaneciera la mañana”.


























Las campanas han marcado y siguen marcando la vida diaria de nuestros pueblos y ciudades desde la edad Media. Convocar al concejo, avisar de peligros, dar informaciones de actos religiosos, fiestas, formar parte de relojes  y un largo  etcétera de actividades. No se puede entender la vida de un pueblo o de  una ciudad sin el sonido de sus campanas que se convirtieron desde siempre en signo de poderío en catedrales, iglesias, ermitas, en sus campanarios  y en edificios públicos.

El Sr. Vicente Tomás Calatayud a la izquierda de la imagen junto a Sergio Cano  actual encargado del reloj de Moya, en el centro, y José de Titaguas a la derecha. Detrás de ellos el reloj de Moya. Foto Mariano López Marín.




  
El sábado 18 de noviembre , por la tarde estuve, en Moya entrevistando a Vicente Tomás, un jubilado de 86 años que trabajó casi 40 años en la empresa valenciana Manclús como artesano relojero instalando relojes en iglesias y otros lugares de todo el mundo. Vino a conocer el reloj de Moya acompañado de dos amigos suyos José, de Titaguas y Enrique. Estuvieron antes en Chelva y Titaguas. En la provincia de Cuenca instaló más de 50.Fue una entrevista amplia al lado del reloj y nos contó infinidad de vivencias y se quedó maravillado del reloj de Moya, su amigo como él lo definió .Mas de 1 hora de entrevista que tras transcribirla os doy a conocer su contenido.
Mi amigo Sergio Cano de Pedro Izquierdo  y encargado actual de dar cuerda al reloj de Moya  se puso en contacto conmigo para ver si yo podía hacer la entrevista  a Vicente Tomás Calatayud. Y no pude negarme. Estas fueron sus palabras textuales: “Le pedí a Mariano López que acudiera a Moya para que fuera él quién realizara la entrevista a este señor que tantas cosas nos contó, realizando una entrevista fabulosa, amplia, maravillosa “Previamente, uno de los acompañantes de nuestro entrevistado, José natural de Titaguas,  que ya conocía el reloj de Moya, solicitó permiso al ayuntamiento para visitar la villa y ver este reloj con sus acompañantes

En la tarde del pasado 18 de Noviembre de 2017, como había acordado personalmente con José de Titaguas,  previo permiso del ayuntamiento de Moya, se desplazaron a Moya tres personas, José, Enrique, y Vicente Tomás, con el empeño e iniciativa de José de visitar varios municipios con sus dos compañeros de viaje, terminando la visita en Moya con el objetivo de visitar su famoso reloj y ver la villa. Al comentarle a nuestro entrevistado su amigo José que este reloj era del siglo XVIII le dijo que no conocía ese reloj pero sí la campana que daba sus sonidos y que él había desmontado en  los años 1960.

Me dirigí raudo desde Utiel a Moya  y poco más de la cuatro de la tarde ya estaba en la iglesia de Santa María donde me esperaba  mi amigo Sergio Cano, Fernando  Igual  el alcalde de Moya  que  tenía un especial interés en saludar y conversar con Vicente Tomás y preguntarle muchas cosas, Antonio y su esposa Victoria vecinos míos en Landete y  Julián de Santo Domingo. Nuestro entrevistado estaba subiendo al campanario de la iglesia de Santa María, ya en los últimos peldaños  acompañado de sus amigos y de los anfitriones. Demostró una enorme fuerza de voluntad porque debe utilizar andador para moverse pero dijo que quería subir. Allí saludé a todos los presentes  y  a Vicente Tomás,  que ya  tenía referencias mías por mi amigo Sergio Cano  y ya se había sentado frente al reloj de Moya. Allí mismo realizamos la entrevista  llena anécdotas y curiosidades y sobre todo de mucha gratitud  hacia  una persona  extraordinaria donde las  haya  que compartió sus saberes y su buen hacer con nosotros  en el marco incomparable del campanario de la iglesia de Santa María de Moya, en esta villa murada que poco a poco va viendo sus monumentos restaurados y que enamora al que la  visita .Muchas gracias.



  Mi amigo Sergio Cano dando cuerda al reloj en un momento de la entrevista. Foto Mariano López Marín


CONTENIDO DE LA ENTREVISTA

Sobre el entrevistado y su visita a Moya.

Me llamo Vicente Tomás Calatayud. Tengo 86 años y nací en un pueblo de Valencia llamado Carrícola. Estuve trabajando en industrias Manclús desde 1956 hasta 1990. Monté  casi  todos  los relojes que pone Manclús en las esferas.
Sí que conocía Moya porque me tocó venir una vez a quitar una campana y el pueblo estaba muy disgustado porque se la llevaran  porque era la campana del reloj. Yo simplemente la bajé utilizando cuerdas y después el Sr. Obispo se la llevó a Cuenca.  Me marché a casa con el jefe que vine y ya  no he sabido más de ella.
He venido a Moya  con un amigo  que tengo en Titaguas que quería enseñarme muchas cosas por esta zona. Hemos estado por  toda la comarca. En Chelva viendo el reloj y esta tarde aquí muy  a gusto con todos ustedes porque aquí tienen un reloj para venir y verlo al que le guste esta faena.

Sus comentarios sobre el reloj de Moya



Este reloj, prácticamente como se dice, es un reloj muy respetable, es una joya. Estos son relojes que no  conocen las máquinas para su fabricación son relojes como les llamamos todos de fragua. Los dientes se hacen con unas varillas sobre la rueda caliente y buscándole la relación pues todos son múltiplos de 60, no se le puede dar otra cosa. En otra cosa podrá usted tener tolerancia pero con el reloj no tiene ninguna tolerancia. Todos los parámetros tienen que  coincidir con 60 que son los 60 minutos que tiene la hora y los 60 segundos que tiene cada minuto.
   Las piezas que tiene este reloj son una para el movimiento que se le llama  y las otras para la sonería. Porque éste  tiene el movimiento que es el que lleva la marcha del  reloj. Lo  que no tiene es esfera para que se vea, el reloj solamente suena. Y toda la  parte de la derecha es todo el mecanismo de sonería en la cual cada vez que llega la hora y cada vez que llega la media suena la campana la hora que es.



Interior del reloj de la torre de la iglesia de Santa María de Moya. Foto Mariano López Marín


Cómo  aprendió el oficio de instalador de relojes de torre y campanas.

Más que nada he trabajado en industrias Manclús en relojes  aunque también he hecho algún trabajo en campanas. Aprendí el oficio no sé porque   debido a la divina  providencia que me llevó. En este momento, Vicente se emocionó ostensiblemente. Llegué a  industrias Manclús y había sido monaguillo toda la vida  y había pasado toda la vida en la iglesia .Me pedían muchos sacerdotes muchísimas cosas  y era yo el que tenía  que aclararlas porque las conocía. Hasta tal punto que acabé mi vida laboral en casa de Manclús como jefe de taller.


¿Estuvo usted trabajando en toda España y en el extranjero?

He viajado  por toda España y conozco todas sus comunidades y en la que más he entrado por mi trabajo es en Castilla La Mancha. He estado en las cincuenta y dos provincias  haciendo mi labor y le he dado más de veinte vueltas a cada una. Y después  también estuve una vez que  hice tres viajes a Caracas, donde monté tres relojes. En un viaje  solamente fui a poner una campana. Las otras veces en el  primer viaje  monte dos relojes y  en la segunda uno. Eran clientes de España. Donde monté dos el sacerdote era de un pueblo de Cuenca, al lado de San Clemente

¿Cuándo  Vd. trabajaba en industrias Manclús cuántos trabajadores había?

En casa de Manclús además de hacer relojes y campanas también hacían mucho mobiliario escolar. Cuando se dedicaban al mobiliario escolar llegamos a ser cuarenta personas. En las campanas no hacía falta tanta gente  pero en el mobiliario escolar si hacía  falta gente, 7 u 8  soldadores, otros doblando y otros con otras faenas.

Sobre las campanas.

Las campanas han  sido un instrumento que ha usado la gente toda la vida.  Tocaban a todo, a misa con diferentes toques,  a difunto con diferentes sonidos fuese hombre o mujer, unas señales para hombre, otras para mujer. Cuando llegabas a un pueblo  y oías tocar a muerto, si entendías un poco oías lo que decían” una mujer se ha muerto” o un “hombre se ha muerto” por el sonido. En los niños también había otros toques si era niño o niña pero eso no lo he visto tanto. En Valencia se llamaba  este  toque celcel. Lo hacían con la campanita pequeña  como si estuviese llorando porque eran niños recién nacidos. En los partos  muchas veces si no moría el niño, moría la madre. Por eso hay tantas familias que son hermanos de leche. A la  que se le moría el niño se quedaba con la leche  y entonces amamantaba al niño o niña  que se les había muerto su madre. Estaba la cosa esa que eran muchos hermanos de leche. Cuando dicen que el mundo ha cambiado no es cierto, cambian las personas  no el mundo .Este está igual que 500 años atrás, que mil o los que sean. Los que cambiamos somos las personas que adelantamos, cambiamos de parecer  o unas personas nos enseñan otras cosas. No se aprende  todo de golpe, hay muchos oficios  que necesitan una generación para conocerlos bien. El de fabricación de las campanas  estaríamos aquí toda la tarde contando cosas sobre ellas. Son un instrumento, como se le llama musical que tiene mucho  que contar, pero mucho, mucho porque son capaces de dar todas las melodías que Vd. busque. Porque salen de ellas, si el que las toca sabe, todas las notas musicales y sus variaciones, hasta 28 distintas, aunque yo de música no se mucho, pero sí que lo he oído decir. Te colocan un carrillón de campanas  y son capaces de cantarte todas las canciones que hay  que cantar. Tengo compañeros que montan un carrillón, como hay muchos carrillones  de 18 campanas que es toda la escala musical. Les dices tócame lo que quieras. No solamente tocan canciones de misa, si quieres La Parrala también
Cuando una campana está agrietada normalmente  no tiene arreglo, primero porque duran mucho  y después porque hoy en la época que estamos no se puede romper porque sí. A mí ya no porque no trabajo pero  a muchísima gente  que está trabajando no le puede decir  a un sacerdote “ven y la vamos a refundir”. En otro  tiempo sí, pero ahora  no  porque la campana tiene a lo mejor 200 años  y eso forma parte del patrimonio de la iglesia y entonces lo que hacen es hacerla nueva y esa campana guardarla en la misma parroquia, a donde sea pero sin romper porque está prohibido  por ser un patrimonio cultural de la iglesia. En los años de los tiempos de Franco, por situarnos, entonces no decían nada por refundirlas. Yo fundía campanas y veía también fundirlas porque he trabajado en eso, aunque más en los relojes, y si las refundían bien estaban igual que la original y sonaban igual que la otra. Me acuerdo que cuando en mi pueblo se fundió una vez una campana  me la encargaron a mí y la gente mayor quería que la campana sonara igual .Esto era por los años 1960.Cuando vino la campana  entonces me dijeron: ¡enhorabuena! porque suena igual que la de antes.  Y es que era el mismo material que la anterior. Claro después ya se han hecho desastres.

Relojes de campana Piezas de un reloj de campana






Las piezas que llevan son las normales estableciendo entre ellas una relación. Que  den una vuelta  a la esfera del reloj, otras una vuelta cada 12 horas. Hay una relación entre unas tres o cuatro ruedas forman parte de todo el conjunto del movimiento y de todo el conjunto de sonería. Es una  relación de vueltas y de ruedas dentadas que tienes que ponerte. Porque por ejemplo la minuteria de una esfera lleva dos agujas, la minutara y la horaria. La minutera da 12 vueltas  en las 12 horas, una cada hora. Pero la horaria solamente da una vuelta. Son formatos de 12 horas, empiezan con la 1 y acaban con las 12 .La aguja horaria da una vuelta a la esfera y la minutera 12 vueltas y la relación la llevan  en lo  que se llama vulgarmente o técnicamente minuterías.



Interior del mecanismo del reloj de Moya. Mariano López Marín

Estas piezas de los relojes se fabricaban ya industrialmente cuando yo trabajaba. Ha habido muchas fábricas que se han dedicado a fabricar relojes  con máquinas de todas las clases. Nosotros teníamos las más precisas porque también nos hemos dedicado muchos años, en los últimos que yo he trabajado a la tecnología electrónica que entonces ya  están todos preparados. Ahora se hacen memorias para los relojes aunque yo de eso  no entiendo demasiado porque en mi tiempo de enseñanza no había  una técnica de esas  y conozco más los relojes mecánicos que no los  electrónicos porque estos solo sé ajustarlo porque  en mi época la técnica no estaba como en esta alturas.


Tiempo de montaje de un reloj de campana.

Pues a veces bastante. No es por el número de piezas  porque si Vd. se fija en este reloj de Moya  no tendrá más de 40 ó  50 piezas entre grandes y chicas. Te llamaban para montar  un reloj y estabas 15 o  20 días. Llegabas allí y eso no podías montarlo en cualquier sitio, tenías que montarlo en  una habitación  y buscarle un sitio bueno en la misma para  que no tuviera polvo y se mantuviera bien el reloj. Y después montar las esferas   .Se montaban con 4 esferas para que se pudiese ver  por los cuatro puntos cardinales. Monté uno en la provincia de Huelva,  en un pueblo que se llama Valverde del Camino. En ese pueblo estuve  casi desde febrero hasta Pascua porque le puse cuatro esferas  y tuve que hacer los cuatro huecos a las paredes y están tenían un metro de grosor. Eso costaba tiempo, no un día ni dos. Entonces ponías los aros, los tenías que revestir, montar  y posteriormente montaba las esferas. Te pasabas dos semanas  montando las esferas sólo. Si hacías cuatro ya se iba tiempo y después en la habitación controlando el desplazamiento de pesas que  en muchos lugares estaban los vecinos debajo y no se podían montar verticalmente. Y he montado muchos en iglesias y también en ayuntamientos. Por tanto la bajada de las pesas había que dirigirlas fuera del  edificio y tenías que hacer allí unos trípodes y unas cosas para tirar el cable por debajo y dejar caer las pesas por la parte de fuera  del ayuntamiento y eso costaba una barbaridad. Que eso con los relojes electrónicos se ha perdido todo. Ahora es una cajita y allí dentro están todas las memorias  y todos los componentes electrónicos  que corresponden a un reloj  que te dan la hora, minutos, día, semana, mes, año y  todo lo que hay. Ahora estos relojes mecánicos han perdido la importancia que tuvieron, aunque para mí son los mejores que se han hecho. Cualquier reloj de estos lo mira Vd. como este de Moya que estamos mirando y si buscará la fecha de fabricación tendrá  300 años sin exagerar porque esto es fragua pura porque hasta los dientes los hacían con un hierro caliente pegándole sobre la rueda y hacían las ranuras  que los separan .Después el reloj este una vez que pasó la época de ir a darle cuerda todos los días, entonces salió el de 8 días cuerda y salieron después los relojes de remontaje eléctrico. Y todos esos avances los echaron a perder no por nada  es porque este reloj es para que tenga compañía. Lo llevaban entre varias personas e incluso familias enteras. Eran las familias que del abuelo al nieto se iban turnando para darle  cuerda al reloj .A medida que iban pasando años entonces resulta que le daban cuerda toda la  familia. Tenían que ir todos los días alguno de ellos. En cuanto faltaba  alguien el reloj se quedaba sin cuerda y ya sabían que a esa persona encargada le había pasado algo o no estaba en el  pueblo porque le faltaba la compañía. Al estar todos los días pendientes del reloj, de darle cuerda y de su mantenimiento, éste  iba de maravilla porque todas las cosas tienen como se dice en valenciano su pilleta, tienen  algo de pillo. Dejaban andar al reloj y aunque en el día se adelantara medio minuto o uno, que eso es mucho, si no lo tocaran  cuando llegaba a final  se me habría adelantado 15 o media hora. Y aunque sean en vez de minutos sean  2 segundos, porque hay relojes más exactos, tampoco era hora fija – a los 30 días ya lleva un minuto-.Entonces esos  hombres hacían una cosa. Dejaban  que los relojes se adelantaran y cuando llegaban a la  cabina del reloj,  al poner la manivela para darle cuerda paraban el péndulo .Daban cuerda a las dos  piezas y entonces resulta que  pasaba un minuto y a partir de ese momento movían el péndulo  comenzaba a correr y lo adaptaban a la hora. Cuando vino la cosa técnica  de lo que hay ahora estos relojes se quedaron  atrasados con respecto al nivel de vida que  llevaban los más modernos. Estos eran muy  exactos y ahora  que funcionan con GPS  o vía radio más. Estamos pasando una época que el reloj este de Moya ha perdido la compañía que es le hacía falta para andar bien. Porque yo he montado relojes que muchos  me han dicho: -no te preocupes que el que montes tú no será como éste-¿Por qué? Aquí hasta  que  se murió fulano mejor que iba aquel no ha ido  y no ha habido ningún reloj tan exacto como aquel. Y no iba bien .Resulta que el hombre tenía gusto en llevarlo y no se le iba el reloj nada porque lo veía todos los días. Todos los días  lo ponía en hora a la hora  que  llevaba él y claro que iba exacto (risas).





Interior del reloj de Moya. Un reloj que necesita compañía para darle cuerda. Mariano López Marín.

El reloj más grande que ha montado

Mire sin ir más lejos en  mi pueblo hay uno que tiene cinco esferas y están muy contentos los  vecinos de Carricola y yo también. (Muy sonriente) .Usted dese cuenta que lleva cinco esferas  y yo siempre les digo: - vosotros no sabéis lo que tenéis-.En 22 pueblos que tiene lo que nosotros llamamos la Val d´ Albaida no hay ninguno que tenga cinco esferas, cuatro si  pero cinco no .Y este lleva las cuatro  que lleva la torre de la iglesia más una que lleva el ayuntamiento que está a 200 o 300 metros de la iglesia. Y funciona todo con el mismo módulo que es el que está en la sacristía y con el que tocan las campanas del pueblo, todas las misas y oficios. Cinco esferas con  un mismo módulo.
También monté una vez uno en  una estación  de autobuses en Huesca que ese todavía llevaba más esferas, pero no era un reloj público sino de una casa de coches de línea que con un mismo módulo atendía a varias esferas situadas en diferentes lugares de la estación. Pero esto era más complicado por la electrónica.

 Campanas que ha montado.

He montado muchas .Antes de meterme a fondo en lo de los relojes como todo el mundo hice otras cosas antes, como montar campanas que me gustaba mucho  montarlas. Pero me gustó más la cosa técnica del reloj porque en el trabajo de las campanas tenías que hacer mucha fuerza. Pero también he montado muchas porque, mire  he sido una persona muy feliz en mi oficio .Me gustó mi trabajo, le tomé cariño y aun le tengo. No he tenido  nada contra esas cosas, contra los relojes yo no he ido nunca, siempre a favor y con las iglesias igual. Comencé de monaguillo en la iglesia y terminé dominando la iglesia en todas sus facetas. Venia muchísima gente diciéndome –Yo quisiera  que me hiciera esto o lo de más allá-. Y el jefe les decía:-  Espérese que venga Vicente Tomás   que cuando venga ya se lo aclarará (Risas  y emoción).No tenga miedo que él  ya vendrá. Y me han pasado muchas cosas que puedo contarle porque todo son verdades. Una vez estaba fuera  y me llamó un cura a la casa y preguntó por mí que fuera que las campanas no iban a medio bando que las gastan para difunto sino que daba la vuelta. Cuando las tocaban a medio bando tenía que ir de un lado a otro,  en vaivén, pero sin dar la vuelta. Fueron los compañeros míos, miraron y le dijeron al cura: - Esto hay que cambiarlo todo porque se han estropeado muchas cosas, los finales de carrera  que hacían que la campana diese la vuelta. Claro valía dinero todo  y el cura le dijo al Sr. Manclús: - Mire me han dicho esto los operarios que usted me ha mandado pero  espérese que  venga Vicente y lo vea  y cuando él venga pues haremos lo que sea. Cuando yo llegué, porque estaba casi siempre de viaje, me mandaron allí y me fui con el cura al centro de la sacristía.  -‘¿Qué le pasa D. José? -Mire que la campana tal no me va a medio vuelo y voltea .Le dije: Vamos fuera. Desde la sacristía no se van nada, ni las campanas ni el campanario. Y le comenté: esa campana no voltea.-  No ve usted que está volteando. Y le volví a decir que no  por el sonido que producía la campana pan...pan. pan. Pues no da la  vuelta.  -Pero hombre que sí. Y no había manera de convencerlo. Muchas veces lo ha contado esto el cura. Yo le dije: -Vámonos a la calle y verá como no da vueltas. Y llegamos a la calle la campana seguía tocando  y nada más que mira al campanario se da cuenta de que no daba vueltas. El cura hasta se enfadaba conmigo porque le contradecía- ¡Será posible que tú dentro de la iglesia  supieses que la  campana no daba vueltas! – Pero usted  se cree que yo soy tonto. Al final le dije que la campana tenía que tener conexión a una parte y claro se le estropeó una pieza  pequeñita que se  llama  relé y no actuaba cuando iba a izquierdas y se volvía para atrás. Y siempre hacía lo mismo. Fue al coche, traje un relé y se lo cambié. Eso me  pasó no solo con ese cura sino con muchos. Estuve en esa casa Manclús hasta que se terminó casi todo pero creo que fueron 36 o 37 años, y muy a gusto  y la gente nos hemos querido mucho tanto ellos a mi como yo a ellos. Hemos tenido nuestros más y nuestros menos no por la  cosa profesional. Pero si Vd. viese las fotos de mi boda mi jefe estaba allí, fue el padrino y vino con su familia. A veces no compaginábamos los pensamientos ni la cosas porque él era el amo y yo un empleado. Yo le decía: “Yo no haría eso nunca” – Hombre es que yo tengo que tener una empresa que me dé dinero. –Pero no se gana el dinero así, se gana de otra manera trabajando adecuadamente. Pero nunca reñimos en nada. Hemos tenido una buena relación entre los trabajadores y aun la tenemos los que quedan, han muerto varios.















La industria sigue funcionando en la actualidad  pero  de los años aquellos que yo entré no queda ninguno. Aun funcionan pero la llevan unos chicos  que trabajaron allí y yo trabajé con ellos. Se han ido jubilando y solo  quedan 1 o 2. Llegamos a ser allí entre unos y otros casi 40   e incluso a veces más de 40 .Y en las campanas eran 8,10 o 12 personas







Campanas del campanario de Santa María de Moya el  día de la entrevista. Las habían bandeado en homenaje a nuestro entrevistado Vicente Tomas Calatayud los asistentes a la entrevista Julián, Enrique, José y Antonio. Y las dejaron un momento paradas con el yugo hacia abajo. Mariano López Marín


Sobre el tipo de madera  que le ponían al yugo  de las campanas nos comentó el Sr. Vicente  lo siguiente.
 “Aunque algunas  se les ponía un yugo de  hierro lo tradicional en las campanas ha sido colocarles un yugo de madera .De madera sí que no sé porque no me he dedicado a hacer los yugos esos y no sé de qué tipo de árbol eran .Pero antiguamente  los hacían de carrasca o también llamada encina. Esa madera es muy dura  y la dejaban secar y todo. Nunca  la ponían recién cortada porque si no se agrietaba  o cuando se secaba se quedaba la  campana floja .En las maderas que están poniendo en la actualidad hay  unos mantenimientos  que les obligan a tener porque no está igual de fuerte la campana  en verano que  en Navidad por las diferencias de temperaturas. En Navidad si llueve y se moja la madera hincha. Pero el día de San Lorenzo, 10 de agosto, siempre ha sido el día de las campanas. Todo el  mundo iba ese día a apretar y ajustar las campanas  (con sonrisas) “

Sobre su impresión del reloj de Moya

Este reloj  ya lo creo que me ha gustado y muchísimo. Yo cuando llego y veo el reloj y  lo miro le digo: “Ya tenía ganas  de verte” (Muy contento) .Estos tipos de relojes, los miro, los aprecio y me encantan. No he arreglado nunca un reloj de pulsera. Alguno de pared si pero mis relojes son los de campanario y de esos le puedo decir que  tengo en casi todo el mundo porque he montado en España que la he recorrido  de 8 a 10 veces, la provincia de Toledo la tengo trillada .El otro día repase mis notas por si preguntaban   ustedes En Toledo hay más de treinta montados por mí. En la de Ciudad Real hay  sesenta, en la de Guadalajara creo que son 20 y en la provincia de Cuenca más de 50.Estuve mirando porque yo lo tengo todo anotado. Muchas cosas tengo que repasar mucho en  libros y libretas rellenas de historias de mi trabajo pero mira  como ahora ya no tengo nada que hacer me siento  y me pongo a repasar estas cosas de toda una vida .Esto aquí, lo otro más allá. Me tocó hacer esto  en lo que he sido muy feliz y no estoy arrepentido de lo que he hecho. También le doy las gracias a mi mujer que ha tenido mucha paciencia  pues estaba mucho tiempo fuera de casa por mi trabajo. (Se emocionó mucho).Nos casamos, yo ya trabajaba en casa de Manclús, y al poco tiempo  me compraron un coche  y me pasaba tiempo viajando. Mi  mujer ha criado a las hijas, me ha mantenido a mí, ha mantenido la  casa  y eso  a todas las mujeres tampoco les iba bien. Otras mujeres han sabido decir: es que siempre estas fuera de casa, es que te vas...: Mi mujer nunca ha dicho nada de eso, al contrario  ha  sido un apoyo muy grande para mí.






Interior del reloj de la  torre de  la iglesia de Santa María de Moya donde se puede observar su mecanismo, las ruedas dentadas de las horas, los minutos y la sonería y el péndulo. Mariano López Marín

Sobre la campana de Moya.

La campana la quité yo y la bajamos con cuerdas y la gente estaba enfadada, pero enfadada conmigo y con todo el mundo porque  la gente que  había entonces aquí porque yo me llevé esa campana lo menos hace 40 años y entonces  de los que estaban entonces que eran como nosotros ya no quedaran ninguno. Después de 40 años los que tenían 40 años ya casi  ni se acuerdan. Le hicimos el comentario que  en Santo Domingo hay  un hombre de 105 años y él nos dijo: Seguro  que él se acordará. La gente estaba así porque querían poner un reloj en Santo Domingo de Moya y querían vender una campana de aquí para pagar el reloj aquel .El trato que tenía hecho el jefe  mío  con el sacerdote pero claro la gente que vivía aquí no estaba dispuesta  a que se llevaran la campana y tenían razón la gente de aquí es que hay  que reconocer  las cosas como eran porque es que primero le decían Sr. Cura no quite la campana y el reloj lo pondremos si quiere usted en Santo Domingo de Moya  y nosotros le ayudaremos a pagar el reloj. Eso es tener razón y ponerse en el sitio de esa gente. ¿Sí o no? Y no quiso el sacerdote aquel y claro entonces  me obligaron a mí personalmente a que bajara la campana. Yo no tenía más remedio que bajar la campana. Con las cuerdas  y los quinales que teníamos para bajarla la bajé, la dejé ahí y como venía con el jefe, con el jefe me marché para Valencia y se acabó. Ya no  sabido nada más sobre el aspecto de esa campana. Pero al cabo del tiempo le pregunto yo un día  a mi jefe ¿Cómo has quedado con la campana de Moya? aún está allí no la traen.  Y me dijo: - “Uy la campana de Moya  dice ¿sabes a dónde está? “ - ¿Dónde?  - En el obispado de Cuenca .El obispo  ha visto todo aquello que se armó allí se la ha llevado y está en el obispado de Cuenca. Que yo entonces como viajaba también bastante por Cuenca un día se me ocurrió estando por  Cuenca, que trabaje por  Carboneras  y todos aquellos pueblos también he trabajado mucho. Y se me ocurre por la cabeza ir al obispado y efectivamente la campana estaba allí. Y a ustedes y a quien se ha puesto hoy por aquí que aún está allí la campana. Entonces la campana no se la llevó nadie .A pesar de todo  de lo que pueda haberle pasado a la campana  pueden estar satisfechos  porque  al fin  y  a la postre por quien sea la campana está allí. Uno de sus amigos, Enrique,  que lo acompañaba  comentó en este momento: “Pero ellos quieren que vuelva aquí”. Y el Sr. Vicente dijo: “Pero  eso es ya cuestión de que  se solicite pero no  sé quién me ha dicho  esta tarde por ahí (los que estaban presentes dijeron el alcalde) que quiere hablar con el obispado  para que esa campana vuelva aquí. Y le he dicho yo a él” Pero  no le dará lo mismo al obispo” – “Que va hombre” entonces se la  puede dar a usted regalá” .Algunos asistentes comentaron que no solo está depositada la campana en  el obispado sino también muchos objetos del  tesoro de Moya. Se los llevaron para que  no los robaran.  Mire yo me he criado en un pueblo y pequeño y  estoy muy a gusto donde nací. Y hay un refrán que dice: “pueblo pequeño infierno grande”. Pero es verdad eso .En un pueblo pequeño y yo lo veo en el mío  que da igual uno que vaya a misa que no vaya, que no quiere ir que  no vaya. Pero en cuanto tocan una cosa del pueblo, igual da que sea civil que eclesiástica  al que toca y no le tenían  que haber tocado se enfada .Aunque sea una persona fea .Y yo no voy nunca pero va Vd. y toca un cirio o una cosa que es religiosa de una ermita que tienen o de cualquier sitio  se riñe con el que se ponga .Es que la gente de los pueblos estima mucho su patrimonio y yo comprendo que la gente de aquí estuviera enfadada y  no tuviera ganas de jaleo ni nada y que se estimasen su campana.
Terminamos la  entrevista cuando el reloj de Moya daba las seis de la tarde y a continuación hubo un volteo de campanas  que entusiasmo a nuestro entrevistado porque ha estado toda su vida con ellas.
Nos despedimos todos del Sr. Vicente y sus dos amigos, deseándole una feliz vuelta a Valencia, dándole las gracias por haber venido a Moya, ver su reloj y concedernos esta entrevista. Y lo invitamos a estar entre nosotros el próximo  septenario de Moya en septiembre de 2018, si sus fuerzas le acompañan. Fue un placer entrevistarlo y compartir con él sus muchas vivencias y su humanidad.

ALGUNOS DATOS SOBRE EL RELOJ DE MOYA Y SU RESTAURACIÓN

En el campanario de la iglesia de Santa María de Moya hay una placa junto al reloj que dice:
Reloj de la Villa
Máquina de principios del S. XVIII, presumiblemente construida por el patricio, ingeniero e ilustrado moyano Don Nicolás Peinado Valenzuela (1695 - 1762).
Relegado al olvido por avería desde el primer tercio del S. XX se reconstruye a principios del S. XXI por los profesores y alumnos de la Escuela de Relojería sita en el Instituto de Enseñanza Secundaria y Superior de Enseñanza Profesional La Mercè, de Barcelona, incorporando todo el sistema de escape y regulación, compuesto por piñón,
eje, rueda de escape y áncora, junto con el péndulo, además de los piñones y manivela de remontaje. Especial mención al profesor D. Ramón Beserán Claret y al alumno D. Miguel Ángel González Muñoz, que hicieron suyo el proyecto de restauración y fallecieron antes de verlo terminado.
Se reinstala en su primitivo emplazamiento el mes de septiembre del año 2004, con motivo de las fiestas del LIII Septenario, siendo cura párroco de esta iglesia de Santa María Don José Antonio Campanero Sierra.


Reloj de Moya. M.L.M.



El reloj se pone en funcionamiento en días puntuales porque que hay que subir todos los días para darle cuerda por que le dura poco más de 24 horas. También añadir que el funcionamiento de ese reloj desde su restauración corre a cargo de las personas que se dedican a mantenerlo funcionando por afición únicamente, de ahí que solo funcione en días puntuales. Han sido sus encargados  desde su restauración Régulo Algarra Hernández que se preocupó de llevarlo a Barcelona para que lo arreglarán y el actual encargado Sergio Cano Millán. Ambos con una dedicación a esta actividad digna de elogio.

















A la izquierda de la imagen Régulo Algarra Hernández encargado del reloj de Moya durante años. A la derecha y en el centro Sergio Cano actual encargado del reloj acompañado de nuestro entrevistado Vicente Tomás Calatayud ,a su izquierda , y Pepe de Titaguas a su derecha.




                               Reproducción de la pagina que la Asociación de Amigos de Moya le dedicó en  su Revista Moya, nº 18, Enero 2003 a la restauración del reloj de la Iglesia de Santa María,restauración promovida por D. Régulo Algarra Hernández.En dicha página se reproduce una imagen en la parte inferior izquierda de la iglesia de Santa  María con su espadaña con las tres campanas.
LA ENTREVISTA EN IMÁGENES
















A la izquierda  el Sr Vicente Tomas contemplando el reloj de Moya acompañado de Julián de Santo Domingo y Antonio de Landete. A la derecha nuestro entrevistado en un momento de la entrevista.Fotografías Sergio Cano  Millán y Mariano Lopez Marín.





La RESTAURACIÓN DE LA ESPADAÑA DE LA IGLESIA Santa María la Mayor
DE LA VILLA DE MOYA (CUENCA) fue llevada a cabo en 1997.Así se hace constar en una placa situada entre las dos campanas mayores.

PROMOTOR:
"Asociación de Amigos de Moya"
FINANCIARON:
Diputación Provincial de Cuenca
I. N. E. M. de Cuenca
Consejería de Educación y Cultura de C. L. M.
Universidad Politécnica de Valencia
A. A. M.
DIRECCIÓN TÉCNICA:
Universidad Politécnica de Valencia.

INTERVINIERON:
Aparejador: Fernando Benavent Ávila
Arquitectos Técnicos:
José Manuel Sánchez Roca

Francisco López Menor
Encargado: Hermes Díaz Martínez
Operarios:
Hilario López Gálvez
J. Ángel Garrote Marín
Jaime Montero Sáez
Virgilio Navarro Jiménez
Antonio Sáez Jiménez
Maestro cantero: Jesús Martínez.

Las obras se realizaron los meses de junio, julio y agosto de 1997.Siendo Cura Párroco de la Villa D. Antonio Coronado Moreno y Presidente de la A. A. M. D. Teodoro Sáez Fernández.


Espadaña de la iglesia de Santa María la Mayor de Moya. Imagen tomada de  la web de Campaners  de la Catedral de Valencia.Solo hay en la actualidad  2 campanas.La tercera y mas antigua ,año 1506,conocida como la campana del reloj está depositada  en el museo diocesano de Cuenca ,Muchas gracias.


(C) MARIANO LOPEZ  MARÍN







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